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Actualizado: 14 de julio de 2025
La viuda de Jáuregui se tomó tiempo para dar contestación a estas gravísimas palabras. Un sin fin de ideas se le metió en la cabeza, y estuvo aturdida largo rato, sin saber con cuál de ellas quedarse. El rompimiento definitivo le arrancaba una tira de su corazón, con dolor agudísimo, por no serle posible retener las cantidades que Fortunata había puesto en sus manos.
Para que su vida fuese aún más alegre y aturdida le placía comer por los cafés y restaurants, como un mancebo disipado. D. Juan fluctuaba entre el gozo de verla contenta y la incomodidad aguda que le producía aquella vida desordenada, tan contraria a sus hábitos y edad. Una tarde, regresando del paseo del Prado, Fernanda estalló repentinamente en sollozos.
No puedo escribiros más, mi buen padre. Estoy aturdida con lo que me sucede; enviad vuestra bendición, señor, á vuestra hija que os ama y queda rogando á Dios por vuestra vida. Clara.» Cerró esta carta y llamó. Que venga al momento Anselmo dijo. Presentóse poco después un escudero como de cincuenta años. Monta al momento á caballo, mi buen Anselmo dijo Clara , y ve á llevar á mi padre esta carta.
¡Pero qué cosas tan horribles tienes, Paz! siguió aturdida y confusa . No vuelvas a hablar así porque me marcho de tu lado. Perdona, hija dijo la maliciosa niña, que se gozaba en el aturdimiento de su amiga y del concejal . Yo creía.... Hay muchos que lo dicen.... Entonces, si no es Ramón será Federico.... Maldonado frunció el entrecejo.
No sólo han cambiado el cuadro exterior y las personas, sino también, y sobre todo, la atmósfera en que se agita la gente a mi alrededor y en la que me siento como aturdida de perfumes desconocidos y embriagadores, tan diferentes de los sanos olores de mi ciudad natal, como las esencias en que aquí se impregnan las señoras son distintas del aroma de las violetas y de las rosas.
El fiasco era completo, y aturdida Currita miró espontáneamente hacia el magnífico reloj de bronce dorado que había allí cerca, sobre una chimenea: ¡eran ya las diez y cuarto!...
Mas ella, aturdida y excitada, como siempre, por sus propias palabras, cada vez se iba poniendo más encrespada, hasta el punto de que algunas personas que se sentaban en las butacas inmediatas lo observaron. ¡Es una grosería, Sanjurjo..., una indignidad!... Usted es persona de buena educación, y en su interior se está escandalizando, segura estoy, de ello.
Una capa se tendió entre la fiera y la víctima, un trapo casi pegado al testuz por unos brazos vigorosos que pretendían cegar a la bestia. Era el Nacional, que, a impulsos de la desesperación, se arrojaba sobre el toro, queriendo ser cogido por éste para librar al maestro. La bestia, aturdida por el nuevo obstáculo, se lanzó contra él, volviendo el rabo al caído.
Puede ser aturdida, imprevisora, gozar sin medida de los dones con que Dios nos ha favorecido, vivir ofuscada sin el pensamiento del pecado... Pero la juventud no tiene derecho a jugar con nuestra salvación eterna, con la vida y con la muerte. La Santa Iglesia Católica tiene sus ministros encargados de velar por la fe.
Pues ten por seguro que dejarías de amarle si te casaras con él. » Pero, Señor pensé aturdida al oír esto , ¡también mi madre!... Porque esta es la teoría de Sagrario... y la de Leticia, o yo no estoy en mis cabales... ¿Es que hay algún mal espíritu encargado de conducirme a donde yo no quiero ir?
Palabra del Dia
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