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Actualizado: 13 de julio de 2025
Pocas horas después de su llegada celebraron varias entrevistas misteriosas con gentes adineradas de la población, y a los tres días firmaron, ante notario y como subditos de potencia extranjera, la escritura de compra de un caserón antiguo convertido en fábrica por un industrial que, arruinado durante la guerra civil, tuvo que malvender su hacienda.
Atravesando el rio tenemos ahora en frente á Guadalcázar, antigua Carbulo, donde hoy no advertimos mas objeto digno de atencion que un palacio medio arruinado.
Aquí ha habido quien se ha pegado un tiro por haber perdido seiscientos reales a una carta. Y cuando un señorito se gasta cien claretes con una mujer, dicen que ha arruinado a la familia.
Y luego añadió alto, tomando el vale de los mil ducados, y dándoselo al cocinero: Hasta cierto punto me habéis servido bien; seguidme sirviendo y os haré rico. ¡Ah! bastante falta me hace, señor, porque la infame de mi mujer me ha dejado arruinado exclamó Montiño volviendo de una manera tremenda á su pensamiento dominante. Yo haré que prendan á vuestra mujer.
Con esta doctrina queda arruinado el argumento de Kant, porque se deshace el fundamento en que estriba. . El filósofo aleman parece que sentia el punto flaco de su discurso; y así es que procura exponer el argumento psicológico en términos tales que ofrezca un tránsito del órden ideal al real, sin que se vea el punto que une cosas tan distantes.
La señora era hermana del marqués de Revollar, que tanto había figurado en Madrid hacía pocos años por su increíble disipación y prodigalidad, y que ahora, totalmente arruinado y perseguido de cerca por sus acreedores, había corrido a refugiarse en las huestes del Pretendiente, a quien servía como ministro y consejero.
La mujer y las hijas del arruinado labrador fuéronse con unas vecinas á pasar la noche en sus barracas. El tío Barret se quedó allí, bajo la vigilancia de Pimentó. Permanecieron los dos hombres hasta las diez sentados en sus silletas de esparto, á la luz del candil, fumando cigarro tras cigarro. El pobre viejo parecía loco.
Despidió a la doncella, rasgó el sobre y buscó con la mirada la firma... tuyo, Juan. ¡Qué mentira! Los ojos se le arrasaron en llanto. Lo menos tardó un cuarto de hora en poder leer con tranquilidad de espíritu aquellas malhadadas líneas. Decían así: «Cristeta mía: Lo que temíamos. Esta mañana he recibido carta del agente. Estoy casi arruinado.
Su hija le hubiera arruinado con la mayor inocencia. Arrastrada por su ardiente caridad, quiso también probarse en cuidar enfermos, sobre todo aquellos que padecían enfermedades repugnantes. Supo que cerca de su casa una mujer padecía de llagas en el pecho, y tomó la resolución de ir todas las mañanas a curárselas, lo cual puso en práctica al instante.
Ahora lo recuerdo con desprecio. Por eso vivo en Monte-Carlo: tengo la corazonada de que la suerte volverá á buscarme aquí y no en otra parte. ¿Tú no juegas? Se irritó Miguel ante esta pregunta. ¿No le había dicho que estaba arruinado? ¿Iba á imitarla á ella, que empeoraba su situación perdiendo los restos de su fortuna? ¡Arruinado! exclamó Alicia . Tu mala época no puede ser larga.
Palabra del Dia
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