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Actualizado: 2 de mayo de 2025


Ha comentado dulcemente mis palabras reprochándome, de una manera afectuosa, el ardor que demostraba en la discusión y el entusiasmo con que había abrazado las ideas más extraordinarias y con frecuencia tan funestas.

Las deposiciones son mas bien normales, ó cuando más un poco líquidas; se manifiesta una sensacion de presion, vómito una sola vez al tiempo de defecar, y un malestar en el vientre seguido de deposicion, por la mañana. El ano es el punto de varias sensaciones de prurito, como si se espulsasen lombrices; las orinas son mas abundantes, y hay un poco de ardor, ó punzadas al orinar.

El cuadro del último período se halla constituido por los síntomas siguientes: vértigos, dolor de cabeza estupefaciente, atontamiento de la cabeza, somnolencia angustiosa, cefalalgia presiva, punzadas en el cerebro con náuseas y vómitos al menor movimiento, vértigos y náuseas al leer, ardor en la cabeza y frio en el cuerpo, descomposicion de los rasgos de la cara, calor seco y rubicundeces pasajeras de las mejillas, dilatacion ó contraccion de las pupilas, obnubilacion, exaltacion de la audicion, ó disecea y diminucion de esta facultad, epistaxis, calor y ardores pasajeros en la nariz y los oidos; disuria y supresion de las orinas; aliento pútrido, fétido; labios secos, escoriados, ardorosos, tumefactos; sequedad y ardor en la boca; disfagia; ruido al tragar, como si el exófago fuera inerte; gusto pútrido, eructos é hipo; saliva sanguinolenta; ruido de gases en el vientre; deposiciones sanguinolentas, purulentas, involuntarias; las palpitaciones del corazon se parecen mas al estremecimiento; postracion de fuerzas, desaliento, coma.

Volvía después de amanecer, y por la tarde con el bocado en la boca, como ella decía, emprendía de nuevo el camino de la casa azul apresuradamente, como si le faltase el tiempo para ver a aquella condenada. La misma fiebre de su padre, el mismo ardor loco que consumiría rápidamente su cuerpo.

Pretendí formar una idea exacta acerca del sentimiento que me inspiraba: al recordar su mirada, opaca, llena de una vida ardiente, su sonrisa triste, amarga en medio de su resignación, sus encantos uno por uno, y después el magnífico conjunto de aquellos detalles admirables: el no qué misterioso, vago, indefinible que emanaba de sus miradas, de su sonrisa, de su acento, de su actitud, de todo su ser, de su alma exhalada siempre en una manifestación sentida, dulce, extremadamente simpática, mi corazón me decía inflamado de un ardor desconocido para : Necesito que sea mía, enteramente mía.

La sed es ardiente, inestinguible; á veces no existe; podria decirse que el organismo no percibe la sensacion. Los dolores son angustiosos, y sobre todo quemantes; llegan á ser insoportables; las afecciones, las lesiones y dolores internos tienen el mismo carácter de ardor quemante. Las fluxiones y congestiones denotan el éstasis sanguíneo y tienden á la gangrena.

Y el pequeño Riffi no cesaba de cargar el fusil y de tirar con ardor sobre la masa de enemigos; y José Larnette, que tuvo la desgracia de que le alcanzase un tiro en un ojo; Hans Baumgarten, que resultó con un hombro maltrecho; Daniel Spitz, que perdió dos dedos de un sablazo, y otros muchos, cuyos nombres deben ser honrados y venerados por los siglos de los siglos, no dejaron durante un segundo de cargar y descargar sus fusiles.

El conocimiento de la pintura, en la cual también había descollado, despertó su inclinación hacia la luz y el paisaje, lo cual contribuyó asimismo a que solicitase con ardor las habitaciones de la torre. Una vez instalada en ellas con su piano, pinceles y novelas, se juzgó la mujer más dichosa de la tierra.

»Sábado día de San Ignacio de Loyola, y último del mes de Julio, habiendo estado Velázquez toda la mañana asistiendo a su Magestad, se sintió fatigado con algún ardor, de suerte que le obligó a irse por el pasadizo a su casa.

Un nuevo espectáculo se presentó a sus ojos; en la ciudad reinaba el ardor de la defensa; las puertas se encontraban abiertas, y hombres, mujeres y niños iban y venían, corrían de un lado a otro, ayudando a transportar la pólvora y los proyectiles. De vez en cuando se formaban grupos de tres, cuatro o seis personas para comunicarse noticias. ¡Eh, vecino! ¿Qué pasa?

Palabra del Dia

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