Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de octubre de 2025
El color de su rostro, propiamente castellano también, era muy pálido, no con esa palidez intensa y calenturienta de las andaluzas sino con la marmórea y fresca blancura de las hijas de Alcalá, Segovia y Madrid. En los ojos negros y grandes había puesto todos sus signos de expresión la tristeza.
Entonces recordé que las caviteñas se llaman andaluzas, conociendo á Cavite por el nombre de la Isla y á San Roque por el del Puerto, siendo tan marineras y tan resaladísimas las dichosas niñas, que en una ocasión una de aquellas, que veía que á un chiquillo lo iba á tirar el caballo que montaba, le gritó: ¡Fondea, muchacho, fondea!
Faltábame conocer el trayecto de Córdoba á Baylen, punto donde se confunden las dos grandes carreteras andaluzas ántes de penetrar en las encrucijadas rocallosas de la Sierra-Morena.
Pero yo le eché una mirada tan furibunda que la pobre mujer, aterrada, cambió instantáneamente de expresión, y con la viveza y la astucia que caracterizan a andaluzas, dijo con perfecta naturalidad: Uté dispense, señorito... Le había confundío con don Celipe el inpetor del taller de pitiyo.
The Escenas montañesas are direct descendants of the Escenas andaluzas and the Escenas matritenses. The better known works of Pereda are Don Gonzalo González de la Gonzalera, Pedro Sánchez, and Sotileza. At one time he also sought to become a realist, but his nature revolted. He was always an idealist, and at times a mystic.
El alma del Padre continuaba siempre para doña Luz clara, diáfana e impenetrable, como la mar profunda que ciñe y abraza las costas andaluzas. El sol atraviesa muchas capas de agua y todo lo llena de claridad; pero, allá en lo más hondo, se pierde y ofusca la mirada, entre iris, reflejos, tornasoles y relámpagos argentinos, y nada se distingue con exactitud y fijeza.
Soledad ni cantaba ni tocaba la guitarra, pero tenía habilidad notoria para bailar las danzas andaluzas. Mas, contra lo que acaece generalmente, no gustaba de mostrar su gracia; y aun puede decirse que desde hacía algún tiempo tenía el baile en aborrecimiento. Por lo cual sus amigas se abstenían de solicitarla en este particular, sabiendo que le causaban disgusto.
No sólo gozaba en las óperas cantadas por los primeros artistas y representadas con un lujo que ella no había soñado, sino que tanto, y aun sospecho que más, le placían las piezas en uno o dos actos que se hacían en los teatros por horas. Se desternillaba de risa con los chistes y los gestos de los actores. Como casi todas las andaluzas, tenía muy afinado el sentido de lo cómico.
Las andaluzas eran parlanchinas y vociferadoras; hablaban gesticulando y manoteando, esparciendo con su cháchara el aturdimiento en torno de ellas. Vestían falda de percal rameado con largos volantes, llevaban el mantón terciado, el moño aceitoso caído sobre la nuca, la frente con cuernecillos de pelo pegado, y en el cuello varias sartas de cuentas azules.
Pero no fue la de Ferraz y sus hijas la adquisición mejor para Emma. Por mediación de las andaluzas, la Valcárcel tuvo ocasión, y la aprovechó, de ofrecer un verdadero servicio a las de Silva, tres muchachas llenas de pergaminos, deudas y figurines.
Palabra del Dia
Otros Mirando