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Y muy pronto sus amoríos campesinos se le aparecieron como una de esas estrellas fugaces que nacen en un cielo de agosto, lo atraviesan y se apagan... Las preocupaciones del oficio y del ascenso apagaron pronto en él hasta el menor recuerdo de aquella aventura juvenil.

El haber sido feliz en amores es y ha sido siempre para el hombre el medio más eficaz de seducción. Y esto desde los tiempos heroicos y primitivos hasta nuestros días. Cuando las citadas conveniencias sociales no lo vedaban, los galanes empleaban siempre, como recurso para rendir y cautivar corazones, el recuento de sus felices amoríos ya pasados.

Hay también otro tercer amante, despreciado de aquella primera dama, que corría en las primeras escenas las calles de Madrid; y de todos estos amoríos, que se cruzan, dimanan sucesos de todas clases: se confunden entre dos damas tapadas, y una escucha desde una puerta inmediata palabras, que, por equivocación, se dirigen á su rival; el galán se esconde, porque oye ruido; es descubierto el segundo, y surge un desafío, interrumpido por la llegada del hermano; y después de otras complicaciones análogas, se desata el enredo de la misma manera que se ha formado, terminando con dos ó tres casamientos, sin contar el del gracioso con la criada.

Eso del amor, no es más que galantería mundana, inventada por poetas y novelistas defensores del pecado, que nunca puede dominar á una alma cristianaAhí tienes, chiquita, todo un compendio de sabiduría que siguen los jóvenes al salir de nuestras aulas, y son felices. ¿Y esto, que respetan y acatan muchachos con más barbas que un granadero, que poseen toda la ciencia de nuestra Universidad, lo atropellas , muñeca ignorante? ¿Te atreves á buscar marido por tu propia cuenta y á tener amoríos, cuando hombres que ostentan títulos académicos no osan poner los ojos en una mujer sin venir aquí antes á decirme: «Padre Paulí, he pensado en Fulana ó en Zutana: ¿me conviene?» y se van tan satisfechos de los consejos del Padre, siguiéndolos fielmente?... ¡Ay, Pepita... Pepita!

Todos sus otros amores habían sido pérfidos y venenosos, no le habían dejado ni un solo buen recuerdo: desdén y nada más que desdén le inspiraban todos ellos: desdén contra las pérfidas, desdén contra mismo. En un tiempo se había vanagloriado de aquellos amoríos, se había ensoberbecido con ellos como si cada uno hubiera sido una verdadera fortuna.

El hijo del remendón enorgullecíase lo mismo que si hubiese entrado a formar parte de la noble familia. El marqués de Moraima era su tío; y aunque no pudiera confesarlo públicamente ni el parentesco fuese legítimo, consolábase pensando en el dominio que ejercía él sobre una hembra de la familia, gracias a unos amoríos que parecían reírse de todas las leyes y prejuicios de raza.

O una Tarsilita. ¿Te acuerdas de Tarsila que tuvo aquel lance con aquel cadete, y después con Alvarito Mesía no qué amoríos? Todo era inocencia decían los bobalicones de aquí. Si es claro, si genio y figura... Cuando falta una base firme... ¡Si sabrá una!... ¿Pues, Obdulita? Ya ves lo que se dijo el año pasado; después se negó, se aseguró que era una calumnia... ¡A , que soy tambor de marina!

Y Nélida no puede sufrir rivalidad alguna... ¡Un hombre que se distingue por sus amoríos y no se digna fijar los ojos en ella, que se considera la mujer más hermosa del buque!... No ha necesitado más para correr hacia usted. Isidro había seguido de cerca la rápida transformación de Nélida.

He tenido muchos amoríos y casi no me atrevo a decir que he tenido amor. Una vez sola en mi vida me parece que entreví, que columbré a lo lejos la celestial aparición del verdadero amor, que benigno me sonreía y que ansiaba penetrar en mi alma, llenarla de su divina beatitud y purificarla e iluminarla. Fue esto cuando tuve relaciones con Juan Maury. estabas en Río y debes acordarte de todo.

La esponja pare dos veces al año; tiene sus peculiares amoríos y con más exuberancia que otros seres. En día dado unas esferillas se desprenden de la madre esponja, armadas de débiles nadaderas que las procuran algunos instantes de animación y de libertad. Una vez fijas, conviértense en esponjitas delicadas, que irán aumentando paulatinamente en tamaño.