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Actualizado: 15 de julio de 2025


Vieron en los Ranchos muchos escudos, tejidos de plumas de bellísimos colores con mucho arte é industria; con éstos estaban adornadas las cámaras donde estaban amontonados muchos huesos de difuntos y pedazos de carne fresca, indicios de que eran comedores de carne humana. Andan todos bien vestidos y tienen las mismas costumbres que los Baures y Cosiricas, bien que usan de diferente lengua.

Vivían «amontonados» palabras de las vecinas , sin que esta situación irregular produjese el menor escándalo en un caserón donde la miseria favorecía promiscuidades merecedoras de mayores repugnancias. El señor José, en su acatamiento supersticioso a todo lo establecido, quería salir de este arreglo anormal.

Dudaba yo que, después de lo que llevaba visto en la alta montaña, hubiera en la cuenca del río, desde Tablanca hacia abajo, cosa que pudiera cautivar mi atención; y así sucedió, en efecto: sin dejar de ser áspera, angosta y montaraz en su parte más elevada, carecía de la grandeza imponente de los desfiladeros de «arriba». Los pueblos, amontonados, en sendas rinconadas de la garganta, iban sucediéndose a mi paso con la regularidad de las estaciones de un ferrocarril.

Allí cerca estaban amontonados restos de vajilla y de carbón; la valla de un jardín se paraba bruscamente en la roca, y acirates de legumbres, medio invadidos por la hierba, rodeaban un lado de la enorme masa. ¿Quién había escogido tan caprichoso lugar para establecer allí un jardín y para abandonarlo luego? Poco á poco fuí comprendiéndolo.

Por fin, todos los maderos, más ó menos enteros, se reúnen en el lago artificial; amontonados unos sobre otros, se mueven débilmente por la presión del agua. Como animales cansados que el pastor acaba de encerrar en el parque, descansan los troncos, esperando el momento de ponerse en marcha.

El interior del buque presentaba el triste espectáculo del principio de un viaje marítimo. Los pasajeros amontonados luchaban con las fatigas del mareo. Veíanse mujeres en extrañas actitudes, desordenados los cabellos, ajados los camisolines, chafados los sombreros.

Aún era hermoso el palacio de sus abuelos, a pesar de las ventanas faltas de cristales, del polvo y las telarañas amontonados en los huecos, de los desgarrones que los siglos habían abierto en su revoque.

Todos los sabe dijo á Desnoyers al describirle este vecino . Le basta oir uno nuevo, para dominarlo á los pocos días. Posee la clave, el secreto de las lenguas vivas y muertas. Habla el castellano como nosotros y no ha estado jamás en un país de habla española. La sensación del misterio volvió á experimentarla Argensola al leer los títulos de muchos de los volúmenes amontonados.

Como ya eran bastantes, pues los náufragos no podían cargar con un peso excesivo, abandonaron la harina sobrante a los pájaros. Por la noche los panes, ya perfectamente secos, fueron envueltos en hojas de plátano, que los conservan muy bien, y amontonados bajo el cobertizo. Tenemos para un mes dijo el Capitán . Mañana nos podremos poner en camino, sin miedo de pasar hambre.

En el centro había una gran mesa, también llena de libros, y además libros por todas partes: en el suelo, encima de las sillas y amontonados en los rincones, todos revueltos como en casa donde anduvieran de mudanza.

Palabra del Dia

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