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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Luego que el agresor publicó la muerte de su corregidor y demas que le acompañaban, entraron los sediciosos en su casa, saquearon cuanto en ella habia, y durante la noche cometieron muchos excesos y desórdenes en la poblacion y sus inmediaciones, como en la hacienda de Salo, donde, alentados los indios con el ejemplo de Tupiza, conspiraron contra su dueño, D. Salvador Paxsi, á quien cortaron la cabeza y se apoderaron de los cuantiosos bienes que poseia: por cuyo medio y otros de igual naturaleza, se desembarazó Laso de los sugetos que podian causarle sugecion, y libre ya de este obstáculo, pensó solo en asegurarse el dominio que se habia propuesto.
Por otra parte, rebelados los moriscos dentro, se resentirá el comercio que ellos alimentan en gran manera, faltará más de lo que falta el dinero, y reunidos y alentados Enrique IV y el inglés, apretará la guerra por fuera. Insistid en lo de la confiscación de los bienes de los moriscos.
Sin embargo, el conde no se impacientaba, quizá temiendo que el más pequeño signo de impaciencia, en aquella ocasión, hiciese dudar de su serenidad. Alentados con esta paciencia, los jóvenes salvajes cada vez le apretaban más con su vaya, repitiendo con variantes la misma idea del entierro. La verdad es que se iban haciendo pesados; pero no lograron ahuyentar su fría y vaga sonrisa.
"Estamos de esperaros ya cansados, Que há dias que tenemos entendido Que sois hombres valientes y esforzados, Agora será el caso conocido. Salid los mas valientes y alentados, Riñendo uno con otro este partido, Salid, que tardar tanto es cobardia; Veremos vuestro esfuerzo y valentia.
Bajo las frondosidades de esta selva minúscula y alentados por la seguridad de su guarida, crecían y se multiplicaban toda suerte de bichos asquerosos, derramándose en los campos vecinos: lagartos verdes de lomo rugoso, enormes escarabajos con caparazón de metálicos reflejos, arañas de patas cortas y vellosas, hasta culebras, que se deslizaban á las acequias inmediatas.
6. Alegres y alentados con uno y otro aviso, se alistaron nuevos reclutas; y despues de haberse fortalecido con el sacramento de la penitencia y de la eucaristia, por espacio de tres ó cuatro dias, 200 del pueblo de Santo Angel, (porque á estos amenazaba el peligro de mas cerca) revolvian las antiguas memorias, de que pocos años antes por este mismo camino, cierto portugues habia penetrado hasta su pueblo,
Este nefando tráfico no era nuevo entre los pérfidos judíos; en el primer tercio del siglo IX los israelitas de Francia, codiciosos como todos los de su raza, alentados por los escesivos privilegios de que gozaban, lo habian introducido en España vendiendo en la corte de Al-hakem I muchos párvulos robados allende el Pirineo, despues de ejecutar en ellos todo género de maldades y torpezas . Habiendo estos crímenes retoñado despues de la conquista, con ocasion de vivir juntas dentro de Córdoba gentes de tan opuestas religiones, tuvo que mandar severamente el pontífice Gregorio IX al obispo en el año 1239, que obligase á los judíos á traer siempre una señal pública para que en el trage se distinguiesen y fuesen conocidos de los cristianos, segun lo habia dispuesto el Concilio Lateranense.
Poco despues, sin reposo de su abrumador cansancio, el Rey y Ataide partian, sirviéndoles de resguardo cien alentados zenetes en poderosos caballos, y por la puerta de Lachar lanzándose sobre el campo, atravesando el Genil, hácia la costa bajando, por la falda de la sierra tomaron al trote largo.
El carácter tétrico del rey; su indolencia; su repugnancia, mal encubierta, á la gestión de los negocios públicos; su falta de instrucción y de ingenio, hacían de él un rey vulgarísimo, en el cual ningún ministro podía apoyarse confiadamente, puesto que cualquiera intriga mal urdida bastaba para dar al traste con el favorito y para establecer esa sucesión ruinosa de gobernantes egoístas é interesados que, desprovistos de todo pensamiento noble y fecundo, alentados sólo por una ambición repugnante, dan el miserable espectáculo de una lucha mezquina, que acaba por empequeñecer, por degradar á la nación que sufre con paciencia esta vergonzosa guerra palaciega.
El fraile es el ser cosmopolita de la India; en su historia lo mismo se le ve con el santo lábaro predicar la fe del Gólgota, que dar al aire la enseña de Castilla y voltear el bronce llamando á los buenos en el rebato de sus torreones, siempre que algún peligro ha amenazado patria ó religión: alentados por estas dos palabras han puesto repetidas veces sus pechos ante el enemigo de la raza, ó el cuello ante el cuchillo del martirio.
Palabra del Dia
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