United States or Curaçao ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero si metían sus manos aquellos arregladores que predicaban contra los ricos, ¿quedaría el mundo mejor?... Cada uno para lo que ha nacido, y que se conforme con su suerte continuó el albañil . Yo también he visto algo, Isidro, aunque no sea letrado como ... ¿Cuál es la cosa mejor organizada en todas las naciones y que marcha más derecha?... No me negarás que es el ejército.

Para que las cosas fueran en regla, debía ser pobre, y entonces ella trabajaría como una negra para mantenerle. «Si hubieras sido albañil, carpintero o, pongo por caso, celador del resguardo, otro gallo me cantara». «Vaya por dónde te ha dado ahora». «Y nada más». No había medio de quitarle de la cabeza aquella corrección de las obras de la Providencia.

Estas escenas de terror acababan siempre con la caída del albañil en el camastro, fatigado de golpear a la hembra. Al poco rato sonaban sus ronquidos brutales, mientras la madre, abrazando al pequeño, lloraba sobre su cabeza silenciosamente.

El funámbulo, el domador de fieras, el albañil subido en un andamio, el minero que penetra en una mina insegura, en fin, casi todos los hombres exponen su vida por cualquier cosa, por un miserable jornal, por una mezquina cantidad de dinero. ¿Qué hizo más Edgardo por Lucía de Lammermoor, qué hizo más D. Suero de Quiñones por la señora de sus pensamientos, que lo que puede hacer y hace a cada instante, con menos estruendo, el último perdido, por ganar unas cuantas pesetas?

El albañil quiso hacer de su hijo un arquitecto, y Marcelo empezaba los estudios preparatorios, cuando murió el padre repentinamente, dejando sus negocios embrollados. En pocos meses, él y su madre descendieron la pendiente de la ruina, viéndose obligados á renunciar sus comodidades burguesas para vivir como los obreros. Cuando á los catorce años tuvo que escoger un oficio, se hizo tallista.

¡Dale con lo de jornalero! tiene una industria; vamos, una imprenta; pero no es un gañán. ¡Bah! hija mía: llamemos a las cosas por sus nombres. Trabajador, no es más que trabajador; y, si te casas con él, sabe Dios si tendrás que ir algún día a llevarle la comida en cesta, como a un albañil. De modo que, según , debo esperar a que venga a pedir mi mano un título de Castilla.

Nació para hacer la felicidad de un apreciable albañil, y no ve nada más allá de su nariz bonita. ¿Pues no le ha dado ahora por hacerme camisas? ¡Buenas estarían!... Habla con sinceridad; pero sin gracia ni esprit. ¡Qué diferente de Sofía la Ferrolana, que, cuando Pepito Trastamara la trajo del primer viaje a París, era una verdadera Dubarry españolizada!

La retribución llegaba a él con tal merma, después de pasar por las manos de los intermediarios, que el pobre Maltrana, tras ocho horas de fatigoso plumear, pensaba con envidia en los siete reales que su hermano Pepín, más conocido por el Barrabás, ganaba como aprendiz de albañil. Y muchas gracias cuando no le faltaban las traducciones.

El grande hombre inédito se despabiló al oír que en el despacho le aguardaba su padrastro, el señor José, mostrando gran agitación. ¿Qué le quería el bueno del albañil? Cuando salió, el señor José, casi llorando, le agarró las manos. ¡Qué desgracia, Isidro! ¡Qué vergüenza!... Si no arreglas eso, voy a morir. El joven lo hizo sentar, tranquilizándolo. ¿Qué era ello?

Isidro pensó con envidia en la fuerza de los obreros. De tener el vigor de un albañil, de un peón del adoquinado, arrancaría una puerta, haría astillas una ventana para mantener el fuego; se defendería de la noche cruel, eterna como la muerte. Lamentaba su miseria física, que añadía nuevas tristezas a su situación.