Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 31 de mayo de 2025


9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio. 10 Quita pues la tristeza de tu corazón, y aparta el mal de tu carne; porque la niñez y la juventud son vanidad.

Pero un beso ahogó las palabras en sus labios. ¡Mi hija, mi hija, mi hija querida! dijo la viuda con voz trémula ; calla, calla, no llores. No irás al convento. Ya no más penas, no más dolores, alégrate. Mañana serás feliz. No irás al convento. Ríete, ponte contenta. Mañana verás a tus enemigos arrastrarse a tus pies e implorar tu piedad.

¡Ah! dijo Pablo mi tío me dijo que Florentina había recogido una pobre.... ¡Qué admirable bondad!... Y , infeliz muchacha, alégrate, has caído en manos de un ángel.... ¿Estás enferma? En mi casa no te faltará nada.... Mi prima es la imagen más hermosa de Dios.... Esta pobrecita está muy mala, ¿no es verdad, doctor? dijo Golfín , le conviene estar sola y no oír hablar. Pues me voy.

13 y no la voz de los que me castigaban; y a los que me enseñaban no incliné mi oído! 14 Casi en todo mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación. 15 Bebe el agua de tu propia cisterna, y las corrientes de tu propio pozo. 17 Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. 18 Será bendito tu manantial; y alégrate de la mujer de tu juventud.

15 y por la cumbre de los montes antiguos; y por los regalos de los collados eternos, 16 y por los regalos de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la mollera del apartado de sus hermanos. 18 Y a Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; y Isacar, en tus tiendas.

Velázquez, aunque con menos fe que en las cartas, aprendió la oración. La dirás al sonar la primera campanada de las doce, en camisa y descalzo. Luego te meterás en la cama y escucharás con atención. Si oyes un burro rebuznar ó ladrar á un perro es de mal agüero; pero si oyes el ruido de una puerta ó el canto de un gallo, entonces, ¡alégrate, corazón! tus ducas se acabaron.

Alégrate sólo y no estés envidiosa respondió el Comendador; hallarás también un hombre que te merezca, que te ame y á quien ames con toda la energía de tu corazón. No, tío, no me amará replicó Lucía. Yo soy muy desgraciada. Y Lucía suspiró de nuevo. El Comendador, á la dulce y escasa luz de los astros, vió entonces que corrían dos hermosas lágrimas por las mejillas de Lucía.

Más alta era la moraleja que de mi historia, semejante a la que refirió al Conde Lucanor su consejero Patronio, has querido sacar ahora. Yo soy buen discípulo, aspiro a ayudarte en tu trabajo, y voy a sacar de él deducciones tan trascendentales que ya coincidan con las que esperabas sacar, ya vayan más lejos o suban más alto todavía. Alégrate y enorgullécete.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando