United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


El Mayor General José de Jesús Monteagudo, á quien hoy, cuando no existen ya Gómez, Maceo ni García, no vacilamos en llamar el primer guerrillero del mundo, se ha hecho acreedor no sólo á la gratitud de su pueblo, sino á los plácemes sinceros de la crítica.

Los unos tenían una cruz, los otros un garabato, los de más allá una llamada, y los menos, las frases no paga, pagará, va pagando, ya pagó. ¿Qué significaban pues el garabato y la cruz? Misterio insondable. En una misma página se mezclaban gastos e ingresos: aquí aparecía Fulano como deudor insolvente, y dos renglones más abajo, como acreedor por jornales.

La india abrió y don Raimundo de Melo Portas e Azevedo entró en el patio, saludando, la chistera tornasol en la mano; en vez del levitón legendario, llevaba ahora un sobretodo de pelo rizado, de estos color de ceniza, que no muestran la porquería... No le conozco se dijo la señora; pero, a esta hora y con esa facha, viene por Quilito: debe ser un acreedor. ¡Que la Virgen nos asista!

Lo que es que su mamá ha recibido mucho gusto con la inesperada aparición del niño, y que mi tía, ya sea por mortificarme, ya porque realmente haya encontrado variación en el joven, ha dicho ayer delante de toda la familia: «Si el señor conde se porta bien y es hombre formal, obtendrá nuestros parabienes y se hará acreedor a la más dulce recompensa que pueden ofrecerle dos familias deseosas de formar una sola».

Obedeció el interpelado, que era el secretario del conde, joven amable y distinguido, del cual se susurraba que podía ser acreedor a un título más íntimo; y, a la verdad, el paternal cariño que el conde le mostraba parecía justificar esta creencia. La palabra manuscrito originó un movimiento de impaciente curiosidad y todo el mundo se dispuso a escuchar con religiosa atención.

Se os pide cuatro cuartos para no recibir insultos de un miserable..., y no contestáis.... No dónde ir; en casa me espía mi acreedor, que quiere ser mi amante; en la calle me persiguen necios, me aburre la curiosidad estúpida de la gente.... No tengo dinero ni para escapar... ¿Para escapar adónde? Me meto en la iglesia. Esto es mío, como de todos.

La adoración de la rosquilla formada con los dedos no la mortificó tanto como otros días. El gusto de conjurar aquel gran peligro y de librarse de acreedor tan antipático, no le permitía fijarse en exterioridades más o menos cargantes. Abreviando la sesión lo más posible, se despidió. ¡Las humillaciones de aquel día la tenían tan nerviosa...!

Mientras duró en la villa la impresión del suceso, se le tributaron aquellas muestras de admiración a que era sin disputa acreedor. Sus mismos enemigos al verle pasar, le miraban con respeto, ya que no con simpatía.

Lo que propiamente llamamos amor, la verdad, Fortunata no lo sentía por su amigo; pero le tenía respeto, y el cariño apacible a que era acreedor por su hidalgo comportamiento. Teníale ella por la persona más decente que había tratado en su vida. ¡Y cuánto sabía! ¡Qué experiencia del mundo la suya, y con qué habilidad se las gobernaba!

D. Luis entonces, con acento grave y reposado, dijo: Señor conde, yo no tendría inconveniente en fiarme de la palabra de un caballero y en llegar a ser su acreedor, si no temiese perder su amistad que casi voy ya conquistando; pero, desde que vi esta mañana la crueldad con que trató Vd. a ciertos amigos míos, que son sus acreedores, no quiero hacerme culpado para con Vd. del mismo delito.