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Actualizado: 27 de octubre de 2025
A la puerta del cuarto se despidió el marqués, deseándole buenas noches y añadiendo con brusca cordialidad: Mañana tendrá usted su equipaje.... Ya irán a Cebre por él.... Ea, descansar, mientras yo echo de casa al abad de Ulloa.... Está un poco.... ¿eh? ¡Dificulto que no se caiga en el camino y no pase la noche al abrigo de un vallado!
Este otro compañero mío, continuó al notar que el barón miraba á Roger, ha sido hasta ahora amanuense en la abadía de Belmonte, donde deja el mejor recuerdo, como lo atestiguan las letras del abad que consigo lleva. Y es también doncel de mucha ciencia, aunque de pocos años. Su nombre, Roger de Clinton y es hermano del arrendatario de Munster.
Jaime Berenguer, á quien Augerio abad habia conferido el priorato de la ALJAFERIA removiendo á Fr. Arnaldo Frunci.
Corre, revístete a escape de tus armas, monta a caballo y vete. Vertiendo muchas lágrimas de gratitud y besándole respetuosamente las manos, Plácido se despidió del abad y éste le abrazó y le bendijo. Dos horas después cabalgaba Plácido, solo y armado, por medio de un pinar espeso y por senda apenas trillada, que iba serpenteando junto a la orilla de un arroyo, entre cerros altísimos.
No les cogía de sorpresa el inusitado campaneo, porque ya la noche anterior había despachado el abad un mensajero especial á todas las dependencias exteriores del monasterio, con orden de anunciar en ellas la proyectada reunión general del día siguiente.
Añádanse á estas dependencias una huerta, en cuyas divisiones se indican los nombres de las verduras que allí se cultivan, la casa para el hortelano, el huerto de los árboles frutales, el edificio para noviciado y enfermería, con sus capillas, claustros y salas separadas, los gallineros y corrales con habitacion para el que cuida de ellos, el alojamiento del médico, un jardinillo de plantas medicinales, la botica, el aposento del abad, con cocina, baños, y cuartos para sus domésticos; hospedería, con cuadras y cochiqueras y habitaciones para criados, pastores, porqueros y demas sirvientes; un edificio separado para toneleros, cordeleros, boyeros, etc., con sus cobertizos y establos; graneros, oficinas para tostar grano y fabricar cerveza; departamento para los esclavos, talleres para zapateros, cojineros, armeros, torneros, guarnicioneros, plateros, cerrageros, etc.; lagar, molino, habitaciones para peregrinos y mendigos, cocina y refectorio para los mismos.
Es la primera la de que España, cuando la conquista muslímica, tenía su ciencia propia, de la que dan testimonio clarísimo no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de Sevilla, y que esta ciencia, á pesar de las persecuciones y tiranías de los conquistadores, continuó luciendo entre los muzárabes ó pueblo cristiano vencido, y dió altas muestras de sí en el abad Sansón, en San Eulogio y en Alvaro de Córdoba.
Primitivo decía a Julián para consolarle: Una cosa es hablar, y otra hacer.... O matar a Primitivo, o entregársele a discreción: el capellán comprendía que no quedaba otro recurso. Fue un día a desahogar sus cuitas con don Eugenio, el abad de Naya, cuyos discretos pareceres le alentaban mucho.
El abad, guiñando picarescamente el ojo izquierdo, escancióle otro vaso, que él tomó a dos manos y se embocó sin perder gota; en seguida soltó la risa; y, antes de acabar el redoble de su carcajada báquica, dejó caer la cabeza, muy descolorido, en el pecho del marqués. ¿Lo ven ustedes? gritó Julián angustiadísimo . Es muy chiquito para beber así, y va a ponerse malo.
Liados en ella, no prestó atención a lo que el médico decía ninguno de los que podían volvérselas al cuerpo: ni el bronco abad de Ulloa, ni el belicoso de Boán, ni el Arcipreste, que siendo más sordo que una tapia, resolvía las discusiones políticas a gritos, alzando el índice de la mano derecha como para invocar la cólera del cielo.
Palabra del Dia
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