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Actualizado: 26 de mayo de 2025
El abad, guiñando picarescamente el ojo izquierdo, escancióle otro vaso, que él tomó a dos manos y se embocó sin perder gota; en seguida soltó la risa; y, antes de acabar el redoble de su carcajada báquica, dejó caer la cabeza, muy descolorido, en el pecho del marqués. ¿Lo ven ustedes? gritó Julián angustiadísimo . Es muy chiquito para beber así, y va a ponerse malo.
Templada la guitarra, principia el baile que se reduce á ligeras ondulaciones de las caderas, acompañando á los cortos pasos con que van acercándose los bailadores. Al encontrarse, se paran y ella canta, tomando un tema alusivo á la persona por quien se da la fiesta ó picarescamente intencionado contra el individuo con quien baila.
Aquí es necesario estar muy advertido, Ricardo dijo Melchor, porque aquí... el que no corre... ¡Dispara, don Melchor! dijo Baldomero completando picarescamente la frase y dirigiéndose a entrar al comedor. Parece que hay apetito, señores. Es verdad, Baldomero... hasta yo estoy comiendo con gusto. ¿Qué sabe no tener ganas, don Lorenzo? Pocas, generalmente... pero hoy tengo... es el aire del campo.
Luego sonrió picarescamente, golpeando al oficinista en una pierna, al mismo tiempo que le preguntaba bajando la voz: ¿Y por qué quieren matarse? ¿Cuestión de mujeres?... De seguro que anda de por medio esa marquesa que á toditos los trae locos. Tomó Moreno una actitud misteriosa, al mismo tiempo que se llevaba un dedo á los labios para imponerle silencio. Prudencia, don Carlos.
Con esto y con bañar su rostro en una sonrisa con pretensiones de picarescamente bonachona, quedaba perfilado el cabo Pérez en toda su graciosa majestad.
El Canelo, con el rabo enroscado, marchaba delante, unas veces cerca, otras lejos, y parándose con frecuencia á ver si sus amos le seguían. Mientras no salvaron el puente caminaron en silencio. La condesa observaba con el rabillo del ojo y sonriendo picarescamente la actitud encogida y espantada de su acompañante. Al llegar á la carretera tuvo compasión de él y le dirigió la palabra.
A las tres y media, de la estación Paddington. ¿Será cómodo para usted? Vendrá conmigo y será mi huésped. Y se rió picarescamente al ver cómo se rompían las conveniencias, y no se tenía en cuenta el probable disgusto que le causaría a la señora Percival.
Pero no falta quien lo diga por ti. Nunca faltan personas insolentes observó con encantadora altivez. ¿Y quizás sea yo una de ellas? Vuestra Majestad no puede serlo nunca dijo haciéndome cómica reverencia. A no ser que quieras decir... ¿Qué? Que me importa ni poco ni mucho que el Duque se halle aquí o en otra parte añadió picarescamente. A la verdad, hubiera querido ser el Rey en aquel momento.
Un día que un Gobernadorcillo leía uno de los muchos artículos que sudaron la prensa de la capital, tratando de tan debatida cuestión de fallas, le vimos sonreir picarescamente, le interrogamos, y en buenas palabras nos hizo una paráfrasis de aquel célebre dicho de Montes; de que las lecciones se dan á la cabeza del toro. Las mareas. El río de Pagbilao. El castellano de Tabangay.
Sueño fue, que hasta de allí a hora y media no volví en mi acuerdo. Voy a apañar mi sombrero para largar.... Lo mismo que todos nos habemos de morir y resucitar en la gloria del día del Juicio, me veo debajo una culebra más gorda que mi brazo drecho..., ¡con perdón! ¿Pero no que el izquierdo? interrumpió don Eugenio picarescamente.
Palabra del Dia
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