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Los últimos yerran, sin embargo, cuando, en vez de llenar dignamente el vacío de su repertorio, lisonjean la propensión de un populacho ignorante á recrearse con necios pasatiempos, propinándole novedades tan áridas como deplorables.

Por enfermedad suele hacerse tan profunda la imaginacion, que ocasiona muchísimos errores. Es de advertir, que algunas veces la enfermedad que daña la imaginacion, dexa al juicio sano y este corrige los errores y desórdenes de aquella. Otras veces la enfermedad del celebro daña la imaginacion y al juicio, y los que así padecen, yerran neciamente.

Sin duda lo conoció también Cervantes, cuando á sus invectivas añade siempre aisladas reflexiones más benévolas. «Y no tienen la culpa de esto, dice, los poetas que las componen, porque algunos hay dellos que conocen muy bien en lo que yerran, y saben extremadamente lo que deben hacer; pero como las comedias se han hecho mercadería vendible, dicen, y dicen verdad, que los representantes no se las comprarían si no fuesen de aquel jaez; y así el poeta procura acomodarse con lo que el representante que le ha de pagar su obra le pide; y que esto sea verdad, véase por muchas é infinitas comedias que ha compuesto un felicísimo ingenio destos reinos con tanta gala, con tanto donaire, con tan elegante verso, con tan buenas razones, con tan graves sentencias, y finalmente, tan llenas de elocución y alteza de estilo, que tiene lleno el mundo de su fama, y por acomodarse al gusto de los representantes no han llegado todas, como han llegado algunas, al punto de la perfección que requierenMás adelante exceptúa de su crítica algunas comedias de diversos autores, sin confundirlas con las demás, y las alaba por su arte y excelencia, como La Isabela, La Alexandra, La Filis, La ingratitud vengada, El mercader amante y La enemiga favorable.

Y no tienen la culpa desto los poetas que las componen, porque algunos hay dellos que conocen muy bien en lo que yerran, y saben estremadamente lo que deben hacer; pero, como las comedias se han hecho mercadería vendible, dicen, y dicen verdad, que los representantes no se las comprarían si no fuesen de aquel jaez; y así, el poeta procura acomodarse con lo que el representante que le ha de pagar su obra le pide.

Por esto digo que yerran el camino los jóvenes que buscan la gloria allí donde creyeron encontrarla sus antepasados. La aparición del Vara de plata cortó el diálogo. Corría, pálido de emoción, jadeante, agitando su manojo de llaves. Va a venir Su Eminencia dijo apresuradamente . Ya está en el arco. Quiere pasar la tarde en el jardín. ¡Es un capricho...! Hoy dicen que está inaguantable.

Este último juicio es erradísimo, ya porque de un exemplar, que se ha presentado á los sentidos, no se ha de juzgar de todos, como hemos visto, hablando de las inducciones: ya tambien, porque si Cleóbulo con aquel hábito exterior de virtud era hipócrita, no lo son otros; antes debe ser regular acompañar á la verdadera virtud aquella modesta compostura. Por otro camino yerran tambien muchísimos.

Y ya que de alusiones hablamos, bueno será hacer constar, una vez más, que yerran por completo los que han creído ver en algunos personajes de la presente novela retratos de personas harto conocidas, que sin duda lo fueron muy poco de los que tal juzgan, cuando encuentran semejanza entre unos y otros.

Madrid, 1789. El artículo Rojas, de D. Nicolás Antonio, está lleno de errores. Que esta obra se publicó en el año de 1602, y que por tanto yerran Baena y D. Nicolás Antonio cuando hablan de una edición de 1583, lo prueban los pasajes siguientes: «Santa Fe se fundó el año de 1491, de manera que habrá 111 años que la fundó el rey Fernando

21 El pecador menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado. 22 ¿No yerran los que piensan mal? Pero los que piensan bien alcanzarán misericordia y verdad. 23 En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece. 25 El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras.

Es superficial, y poco estable lo que se sabe en cada Arte, profesion, y facultad, si no se entienden bien los principios y fundamentos de ella, porque es vago, é incierto lo que se establece sin verdaderos fundamentos: así que yerran, y hacen errar á otros los que con una mala Lógica, aunque sea moderna, con algunas noticias sueltas, sin principios de las Artes, hablan de todo, y deciden como si fuesen legítimos poseedores de las Ciencias.