United States or Zambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


No me pareció bien el viaje que llevaban, y así, determiné soltarme, como lo hice, y saliéndome de Granada di en una huerta de un morisco, que me acogió de buena voluntad, y yo quedé con mejor, pareciéndome que no me querría para más de para guardarle la huerta, oficio, a mi cuenta, de menos trabajo que el de guardar ganado; y como no había allí altercar sobre tanto más cuanto al salario, fué cosa fácil hallar el morisco criado a quien mandar y yo amo a quien servir.

Ciertamente; si al rey don Felipe no se le hubiera ocurrido armar la Invencible y enviarla á saludar á la reina de Inglaterra, la tempestad no hubiera deshecho la armada; no hubiera ido un jinete al Escorial á dar al rey la nueva del fracaso; la duquesa de Gandía no hubiera ido al cuarto de la infanta doña Catalina, ni el duque de Osuna al coro en busca del rey; no se hubieran encontrado, pues, á obscuras duquesa y duque; no hubiera nacido Juan, y no existiendo Juan, al soltarme de San Marcos me hubiera yo ido á Nápoles en vez de venirme á Madrid, y no me hubiera encontrado con la buena, buenísima hija del duque de Lerma: ni ella me hubiera dado la carta de la camarera mayor para su padre, ni por consecuencia, hubiera yo encontrado en el zaguán del duque á Juan Montiño, ni hubiera salido por el postigo de la casa del duque después de haber hablado con su excelencia, ni hubiera encontrado á Juan Montiño, que me acometió equivocándome con don Rodrigo, á quien esperaba para matarle, y si yo no hubiera estado allí cuando don Rodrigo salió, Juan Montiño muere; porque Francisco de Juara, que guardaba las espaldas á don Rodrigo, no se hubiera encontrado con mi espada, hubiera dado un mal golpe por detrás á nuestro mancebo, mientras don Rodrigo le entretenía por delante.

JESSY. ¡Qué suerte tuvo usted...! No fué suerte, como usted dice. Me había impuesto al Jurado. Ellos no me habían comprendido, sino soportado; yo llevaba a esa vieja casona un espíritu nuevo, una ardiente sensibilidad, que maravillaron a mis profesores. Obtuve el primer premio de Comedia y de Tragedia; los subvencionados se asustaron; no se atrevieron a soltarme en el repertorio.

¿Creerás que el viejo no ha querido soltarme un centavo? ¡ni medio! No han valido súplicas ni amenazas. Le dije que me iba a pegar un tiro, y me contestó muy fresco que para él lo querría. Con ese bruto de Rocchio he tenido una agarrada y casi nos hemos pegado; ¿pues no pretende el mastodonte que le hoy mismo los cincuenta mil nacionales?