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Como lo más esencial del argumento de las comedias mitológicas está contenido en su mismo título, no podemos aquí ser muy prolijos en el examen de estos dramas de Calderón, Sin extendernos, pues, como quisiéramos, nos limitaremos á hacer algunas indicaciones acerca de las siguientes: El mayor encanto, amor.

No quisiéramos un restaurant tan cerca del de Champeaux; pero allí entra multitud de personas, se titula Establecimiento de caldo, y hemos resuelto hacer una nueva experiencia.

Gran amigo de M. de Lamartine, mi cuñado, dio por amistad lecciones de matemáticas a mi Alfonso. Era uno de estos monumentos antiguos que no quisiéramos jamás ver derrumbados. Amamos el tiempo cuando somos jóvenes, pero al llegar a viejos, el amor se convierte en veneración.

Nuestras aspiraciones, providencial ó fatalmente impuestas por nuestra misma historia, están en que nadie sin contar con nosotros domine en Marruecos; en estrechar cada vez más nuestras relaciones con los portugueses; y en conservar, ya que los lazos políticos están rotos, la unidad de civilización, de idioma y de casta entre esta península y las que fueron sus colonias y hoy son repúblicas independientes, procurando y anhelando, con poco menos ahinco é interés que nuestra prosperidad y auge los de las repúblicas hispano-americanas, hacia las cuáles nos inclina un orgullo paternal que no quisiéramos ver abatido y burlado.

Cualquiera habrá podido experimentar que en las meditaciones sobre objetos muy abstractos, las representaciones sensibles son una especie de rémora de la inteligencia, de la cual quisiéramos deshacernos por algunos instantes, si esto fuera dable á nuestra flaqueza.

Al sentir esta estocada al pecho, Simón miró a Juana, Juana miró a Simón; y el señor cura, mirando al uno y a la otra, adivinó lo que, al cabo de un rato y después de sonreír y vacilar mucho, contestó Simón en estas palabras: Ya veo, don Justo, que para usted no hay secretos ni disculpas. La verdad es que tenemos una niña que no puede educarse aquí como nosotros quisiéramos.

Nosotros quisiéramos que sepais todos el español y que lo pronuncieis bien para que no nos rompais los tímpanos con vuestros giros y vuestras pés, pero primero la obligacion y despues la devocion; cumplid antes con vuestros estudios y aprended despues el castellano y meteos á escribidores si os da la gana...

Al fin caemos en la cantidad... Jacinta veía el cielo abierto... pero este cielo se nubló cuando el bárbaro desde un rincón, donde su voz hacía ecos siniestros, soltó estas fatídicas palabras: «Ea... pues... mil duros, y trato hecho». ¡Mil duros! dijo Guillermina . ¡La Virgen nos acompañe!, ya los quisiéramos para nosotros. Siempre será un poquito menos. No bajo ni un chavo. ¿A que ?

Siempre de pie al lado de él, Nancy se inclinó para darle un beso; luego le dijo: , temo que nos veamos obligados a renunciar a la esperanza de tenerla por hija. No sería razonable que quisiéramos hacerla venir a nuestra casa contra su voluntad. No podemos cambiar su educación ni el resultado de ella.

Los dos lacayos nos hicieron una marcada cortesía, procurando no deslucir la gravedad y el tono erguido de sus cuellos, decorados por las indispensables corbatas blancas. Nosotros contestamos al saludo como si quisiéramos decirles: ¿qué teneis que ver con nosotros? O como decimos en castellano: ¿quién os ha dado velas para este entierro?