United States or Pakistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Después, observando que Clara no tenía aspecto de persona que da limosna, sino más bien de mujer desvalida y enferma, se figuró que pedía también chavitos, y variando de tono, le dijo: Oye, chica: ven conmigo y le sacaremos un duro al tío gordo de la esquina. ¿Qué? dijo Clara, confusa ante aquella proposición. ¿Apostamos á que no tan dao ni un bendito chavo esta noche?

Vamos, a este chavó ya se le ha subido San Telmo a la gavia dijo la Amparo. Pepe y Alvaro sonrieron y continuaron comentando el lance. Los demás, menos Conchilla, les fueron dejando; se pusieron a charlar con animación, trincando a la vez de lo lindo. Rafael estaba empeñado en que Ramoncito les contara sus amores. ¿Se había declarado ya a la hija de Calderón? ¿Le había dado esperanzas?

Y allá fué Monote otra vez, trotando y tirando del ronzal delante del pobre caballo, cada vez más aburrido de tantos paseos. ¡Qué meneo! ¿eh? dijo el gitano . ¡Si parece una marquesa en un baile! ¿Y eso vale para usted veinticinco duros?... Ni un chavo más repitió el testarudo. Monote... vuelve. Ya hay bastante.

Pero no creas, todavía hay algo en que no perderé nunca, algo de nobleza, aunque me esté mal el decirlo... Mira , chavó, qué quieres..., el aire hace a la persona. He vivido tres meses entre perros de presa. No te asombres de que muerda alguna vez... , esa voz, esas expresiones, ese acentillo andaluz... Dime, ¿qué es lo que te queda de nobleza?

La generala se bebió el vaso de agua sin gana. Eh, chis, chis, Miguelito, ¿a dónde tan decidido? Al Retiro. Para los pies, chavó, y entra a tomar una cañita conmigo y estos señores. Miguel se detuvo y sonrió al ver a su primo Enrique sentado a una mesa del café Imperial al lado de la ventana y rodeado de varios toreros.

Al fin caemos en la cantidad... Jacinta veía el cielo abierto... pero este cielo se nubló cuando el bárbaro desde un rincón, donde su voz hacía ecos siniestros, soltó estas fatídicas palabras: «Ea... pues... mil duros, y trato hecho». ¡Mil duros! dijo Guillermina . ¡La Virgen nos acompañe!, ya los quisiéramos para nosotros. Siempre será un poquito menos. No bajo ni un chavo. ¿A que ?

Porque las mujeres como no pueden hablar de ciertas cosas sin profanarlas dijo temblando de cólera el concejal. ¡Ja, ja! Abrid los balcones, chicos, porque este chavó tiene calor dijo con risa sarcástica; y enfureciéndose de pronto: ¡Mira, niño, no me vengas con infundios! eres un mamarrachillo y ella un saco de pus. ¿Lo oyes bien?

No gasta más que en tabaco y algún realejo que me da . Vaya, adiós; vete, no sea que nos vean añadió Paz, alargándole en la mano una monedita de dos duros. Pateta, sin desasirse de la verja, repuso sonriendo, y con entonación muy achulada: ¡Quiá! ¡No seas niño, toma! ¡Quiá, no, señorita!; ¡si yo hago lo que hago por el señor Pepe; pero a no me da Vd. ni eso, ni tan siquiera un chavo!

Sólo el inglés se mantenía también tranquilo y serio. De cuando en cuando, sin que se alterase poco ni mucho la expresión fría de su rostro, gritaba en español chapurrado alguna frase asquerosa que hacía retorcerse de risa a las chicas. ¡Qué grasia tiene er chavó! ¡Maldita sea su estampa! exclamaba la Carbonera, que gozaba realmente con la excentricidad del inglés. Los demás no les hacían caso.

¡Mare de Dios! ¡Veinticinco duros!... ¿Pero se ha fijao usted en el animal? Ni robao se lo podría dar á tal precio. Pero Batiste á todas sus lamentaciones contestaba siempre lo mismo: Ventisinco... ni un chavo más. Y el gitano, apuradas sus razones, que no eran pocas, apeló al supremo argumento: Monote... saca el animal... que el señor se fije bien.