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Entre otros platos, mencionaré un pollo con almendras, un alcuzcuz con vainilla, una tortuga con jugo de carne, algo pesado, pero de sabor exquisito, y bizcochos con miel, llamados bocadillos del Kadí... No se sirven más vinos que champaña.

Dejando, pues, el asunto a la curiosidad y al interés de los lectores, sólo mencionaré los caracteres, que son el principal mérito de la obra, y lo que le da condición de duradera.

La forma en que se halla redactado este papel me priva del gusto que hubiese tenido en consignar todas la viandas con que fué obsequiado, pues en sus diversas partidas cállanse frecuentemente las cantidades de piezas que se consumieron, diciendo solo por ejemplo «de perdices tantos reales» sin citar el número de ellas, por esta razón unas veces mencionaré el costo y otras el número y cantidad de los manjares.

Apénas mencionaré lo mas interesante, haciendo notar varios objetos que merecen particular atencion. En clase de monumentos civiles son dignos de interes por varios motivos los palacios Municipal, de Justicia y de la Universidad, y la Casa de reclusion, que en su género es en Europa un magnífico modelo.

Todavía mencionaré un monumento en extremo curioso, que es una de las obras de estilo morisco mas interesantes en ese arte de la escultura plástica y pintoresca que los Moros tenían tan avanzado en el siglo XIV. Me refiero á la Casa de Pilato, edificio curiosísimo que hoy pertenece á los duques de Medinaceli.

De estas cosas y otras que también dejo mencionadas, y algunas que mencionaré más adelante, ya le enteré a usted en su debido tiempo, así como del rumbo que gastaba el inglés principal, lo apegado que estaba a la villa, y lo muchísimo que la hubiera enseñado, si como se marchó a los dos años de haber venido, porque la mina les dio chasco, permanece entre nosotros dos años más siquiera; pero se lo vuelvo a referir a usted porque, en mi deseo de darle el cuadro completo, no quiero omitir en él ninguno de sus componentes principales, aunque ya le sean conocidos.

De los manuscritos de D. Agustín Durán, mencionaré también: La despreciada querida, de José Antonio García de Prado, autógrafa, acabada en París el 1.º de agosto de 1625. Venganzas hay, si hay injurias, autógrafa, de Antonio de Batres, con licencia de 1632. El divino portugués San Antonio do Padua, de Bernardino de Obregón, fecha en 1623.

Esto no quiere decir que habrá inexactitudes; eso no: yo hago mencion solamente de lo que he visto por mismo: lo que quiero significar es que no mencionaré todo, porque ni ese es mi objeto ni corresponde á un libro de esta índole. Yo visité en la capital de Francia lo que quizá muchos no se acuerdan de ver; en esto como en todo, el gusto especial de cada uno forma regla aparte.

No he de citar éstos, pero mencionaré el caso que registra la crónica de un esclavo que, habiendo huído, don Pedro Amesqueta prendió á su amo y le echó una fuerte multa, lo cual, sabido por el berberisco, que berberisco era, se presentó voluntariamente para que su dueño fuese puesto en libertad, acto que tanta impresión produjo, que la dura justicia de entonces se vió obligada á usar alguna vez de la clemencia y dejó libre al dueño, y al infeliz también le puso en libertad.

Entre muchos recuerdos históricos, que iban unidos á la puerta, mencionaré el de la muerte del conde del Aguila en 1808, el de la entrada de las tropas españolas en 1812 y el del general López Baño, que en 1823 derribó á cañonazos sus hojas para salvar á la ciudad del furor de los absolutistas.