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Y se va corriendo hacia el foso y baja las escaleras a saltitos. Llega al foso, y efectivamente no hay verja. Lo que hay es una empalizada de un huerto. Esto le contraría un poco al viejo; pero en fin acuerdan poner la empalizada. La realidad escénica padecerá con este detalle; pero, después de todo, si se piensa bien, puede haber jardines que tengan empalizadas.

Por desgracia, los Españoles no les acuerdan á sus establecimientos de esa clase toda la atencion debida.

-De ese parecer estoy yo -replicó el caminante-; pero una cosa, entre otras muchas, me parece muy mal de los caballeros andantes, y es que, cuando se ven en ocasión de acometer una grande y peligrosa aventura, en que se vee manifiesto peligro de perder la vida, nunca en aquel instante de acometella se acuerdan de encomendarse a Dios, como cada cristiano está obligado a hacer en peligros semejantes; antes, se encomiendan a sus damas, con tanta gana y devoción como si ellas fueran su Dios: cosa que me parece que huele algo a gentilidad.

La Plaza de Toros funciona pocas veces, pero, cuando funciona, las Granadinas se acuerdan de que son andaluzas, y dejan el pabellón nacional bien puesto. Tampoco abundan los bailes en estos últimos tiempos.

Además, á él sólo le interesaba lo que ocurriese á partir de la plancha que unía el muelle con el buque. ¿No has dado parte á la autoridad?... El segundo se indignó al oír esta pregunta, con la altivez de los mediterráneos, que nunca se acuerdan de la autoridad en momentos de peligro y sólo confían su defensa á la destreza de su mano. «¿Le tenía acaso por un delator?...»

Los dos esposos acuerdan entonces entregar á Don Enrique su hijo Pedro, para que lo lleve con sus parientes á la corte de Lisboa.

Colocado á la puerta, sin avanzar un paso y sonriendo campechanamente, comenzó á hacer reverencias mundanas, diciendo al mismo tiempo: ¡Conque al fin no se nos han perdido por allá! ¡Conque al fin estos despegados señores se acuerdan de que hay un rincón en el mundo que se llama la Segada! ¡Conque al fin todavía los lugareños valemos algo para los cortesanos!

A esa la acuerdan aquí liando puros, y en el día tiene una casa de tres pisos y un buen comercio en la calle de San Efrén.... ¿Y la que casó con aquel coronel del regimiento de Zaragoza?... Una chiquilla, que también hacía pitillos.... En la actualidad, para más, hay el aquel de que las clases son iguales; ese rey que trajeron dice que da la mano a todo el mundo, y la mujer abrazó en Madrí a una lavandera; y si viene la federal, entonces....

Esto no quiere decir que habrá inexactitudes; eso no: yo hago mencion solamente de lo que he visto por mismo: lo que quiero significar es que no mencionaré todo, porque ni ese es mi objeto ni corresponde á un libro de esta índole. Yo visité en la capital de Francia lo que quizá muchos no se acuerdan de ver; en esto como en todo, el gusto especial de cada uno forma regla aparte.

Son sumamente viciosos en toda clase de vicio: son grandes fumadores: el aguardiente lo beben como agua, hasta que se privan enteramen: beben mucho mate, y luego se comen la yerba, y con la bebida se acuerdan de todos los agravios que han recibido ellos y sus antepasados, las peleas que han tenido y las invasiones que han hecho: todo lo cantan y otros lloran, que es una confusion oirlos.