United States or Wallis and Futuna ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero, me pareció tan acongojada, que si no atravesé la calle para ofrecerle mis servicios, fué porque no me tenía firme sobre mis piernas y me daba vergüenza... Explícame, pues, qué significa esta visita de tu tía a una casa donde no ha puesto los pies, desde que abriste los ojos.

¿Pero no tienes criados? Suspiró lentamente, y replicó: No tengo criados. ¿Tu hijo? No tengo hijo. ¿Tu marido?... No tengo marido. Entonces... explícame... ¿Verdad que eres mi Cristeta de mi vida? Eso no lo todavía. Veremos. ¡Habla!

¿Qué tal mi chimenea? no hace humo, como las de los ricos... Pero, explícame, ¿cómo te encuentras por estos andurriales? ahora, cuando te vi, se me figuró que serías alguno de esos pilluelos, que vienen a robar en mi despensa: por eso me eché encima de ti, sin prevenirte... Ni soñaba, hijo, que pudieras ser , ¡ajo! ¡miren al Varguitas, el rey de los cajetillas, en casa del tío Agapo!

Resolvió, pues, la tía dejar la discusión para el día siguiente; mas tanto la apremiaron la curiosidad y el enojo, que no pudo menos de personarse, pasito a paso, en la sala, y decir a Fortunata, con voz oprimida: «Explícame esto». ¿Esto?... murmuró la prójima, alzando la cara, como quien despierta.

Aquel nombre encendió de nuevo mi sangre, y pregunté con desabrimiento: ¿Y a qué? A buscar a Asunción. Tal vez lleguemos a tiempo para impedir su fuga de Cádiz... Está loca esa muchacha, loca, loca, loca... Gabriel, ¿con qué objeto entrabas esta noche en la casa? ¿Ibas a buscarme?... ¿Ibas de parte de mi prima? Pero lord Gray... Explícame eso. Lord Gray entró esta noche.

Con la lotería no puede haber prosperidad pública... ¿Qué?, te marchas otra vez. ¡Bonita manera de cuidar a un enfermo! Y vamos a ver, ¿qué demonios tienes que hacer por esas calles toda la mañana? A ver, explícame, quiero saberlo; porque es ya lo de todos los días». Jacinta daba sus excusas risueña y sosegada. Pero le fue preciso soltar una mentirijilla.

Se obstinó todavía algún tiempo; pero viendo a su amigo triste y disgustado, le dijo al fin esforzándose por sonreír: Hace ya tiempo que se me ha ocurrido un pensamiento; pero no me creo con fuerzas para llevarlo a cabo... Además, se exigen una porción de medios... Explícame el pensamiento.

Nada contestarte dijo doña Manolita . Veo que en mucho de lo que dices tienes razón; pero ya que te confías en y me haces ver lo más escondido del alma, sácame de una curiosidad: explícame, si puedes, ciertas cosas que me parecen rarísimas en tu existencia.

En cuanto á lo segundo, no veo inconveniente ninguno; lo primero es mucho más difícil, por una razón muy sencilla.... Si no se tiene, se busca. ¡Se busca! ¿e dove, sciagurato? Pero explícame tus planes.... Ya me figuro.... ¿Quieres hacerme pasar por rico...? Hombre, tiene gracia. dame el cumquibus y cállate. No es preciso mucho: basta con unos cuantos miles de reales, cinco ó seis mil.