United States or Palestine ? Vote for the TOP Country of the Week !


-Eso creo yo bien -respondió don Quijote-, porque he tenido con el gigante la más descomunal y desaforada batalla que pienso tener en todos los días de mi vida; y de un revés, ¡zas!, le derribé la cabeza en el suelo, y fue tanta la sangre que le salió, que los arroyos corrían por la tierra como si fueran de agua.

Para abrazarme a mi ídolo le derribé del altar, y cuando le vi por tierra, me llené de orgullo, y la adoración se trocó en desprecio, y le pisoteé en lugar de recibir con júbilo y con vehemente gratitud su beso. »En fin, más vale que haya sucedido todo como ha sucedido. Dios tenga piedad de y perdone mis culpas. Conozco que se acerca la hora en que me llamará Dios a su tremendo tribunal.

3 Solo pisé el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo. Los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas. 6 Y hollé los pueblos con mi ira, y los embriagué de mi furor; y derribé a tierra su fortaleza.

De mucho dudaba Fray Miguel, en mucho no creía; pero, como roca, cuyo cimiento y raíz se hunde tanto en el seno de la tierra que no hay impetuoso torrente que la derribe y la arrastre, así su firme creencia en el valer de la vida humana, en este mundo, para preparación y prueba y para conquista de otra más alta vida, se conservaba firme y arraigada en su espíritu contra todas las tempestades y contra todas las avenidas de dudas y pasiones que habían pugnado y que pugnaban aún por arrancarla de allí y por sepultarla en la vana región de los sueños.

¡Abrid, hijos de Satanás! ¡Abrid estas puertas que cierra vuestra codicia! ¡Abridlas de par en par, como tenéis abiertas las del Infierno! ¡Abridlas para que entren los que nunca tuvieron casa! ¡Soy yo quien después de habéroslo dado todo, llego a pediros una limosna para ellos! ¡Soy yo, quien pobre y miserable, golpea esta puerta cerrada! ¡Hijos de Satanás, no hagáis que mi cólera la derribe y entre por ella, como quien es, Don Juan Manuel Montenegro! ¡Abrid, hijos de Satanás!

Adviértase que sólo este sujeto Tenga una acción, mirando que la fábula De ninguna manera sea episódica, Quiero decir, inserta de otras cosas, Que del primer intento se desvíen; Ni que de ella se pueda quitar miembro, Que del contexto no derribe el todo.

Los sentidos voy perdiendo Y el alma se va turbando. Confuso, por Dios, estoy; Llego, ¿qué es esto, señora? MAYOR. ¡Oh, qué desdichada hora! ¡Válgame Dios, muerta estoy! DON JACINTO. Desmayóse; ¿qué procuro Saber ya más en mi ofensa? Derribe esta bala inmensa De mi honor el fuerte muro Si culpada no estuviera, Aquí no se desmayara; Ella su disculpa hallara; Y si es ya justo, que muera.

Estaba yo todavía vigoroso, á pesar de las privaciones sufridas, y de un empujón derribé por tierra á dos de mis verdugos.

¡Que le pague yo á usted!... ¿Pues acaso tengo yo la culpa del suceso? Ahí esta la jaba.... Yo no digo que usté lo hiciera de mal aquel, pero la paré estaba flojilla, y con una perdigoná sobraba pa echarla abajo. ¿Pero usted habla de veras?... ¿Usted es capaz de sostener que yo derribé la pared?

Corre el torrente alborotado y ciego, y el Derecho parece una quimera; pero aun hay fe, y allí donde yo llego ha de llegar conmigo mi bandera. Es bandera muy santa. Me la dieron hombres ya muertos de mi propia raza. Ellos la amaron mucho y defendieron cuando tronó el insulto o la amenaza. Y hoy la defiendo yo. No sea el torrente la fuerza superior que la derribe.