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Y, cuando esto suceda al revés de lo que pienso, con el gusto de ver que acerté en mi opinión, llevaré sin pena la que de razón podrá causarme mi tan costosa experiencia.

Aunque sonreí al leer el billete amoroso, no dejó de causarme sensación dulce y amable, que muy pronto hizo sitio a otra melancólica, al recordar que me estaban prohibidas para siempre tales aventuras.

Advierto que el tiempo ha hecho justicia, en provecho de mis opiniones, respecto de muchas apariencias que antes hubieran podido causarme la sombra de una duda y como he verificado la mayor parte de mis suposiciones, es así mismo posible que también hubiese confirmado algunas de mis amarguras.

Yo veía que ella se esforzaba en demostrarme que estaba mejor para causarme menos pena. Me retiré muy emocionado. He de confesarte que la señorita de Valency no gana nada al compararla con una mujer semejante.

Este Herrera Goya, según parece, era un ente raro, sobre todo para su época. Solía hacer experimentos con yerbas, coleccionaba insectos, y tenía hasta medio centenar de gatos, que lo seguían por todos lados. No dejó de causarme desagradable sorpresa este extremo, que relacioné en seguida con el misterio que deseábamos aclarar. Comprendo tu sobresalto, continuó Antonio.

Mi padrino es el mejor de los hombres y antes que causarme la más pequeña pena está dispuesto á olvidar lo que usted le ha hecho y á reconciliarse con usted." Pero no tuvo tiempo. La señorita Guichard se levantó, llamó y dijo al criado: "Ruegue usted á la señorita Herminia que venga." Esta sencilla frase borró los escrúpulos de Mauricio.

Esta especie no dejó de causarme ciertamente extrañeza, y volví á conocer que tambien en esta ocasion no era bárbaro Paris, sino el extranjero que condena rutinariamente lo que no es conforme á su educacion y á sus hábitos.

Al contrario, con cierta complacencia feroz decía entre dientes: «Ya sabes adonde voy. ¡Rabia, antipático; rabiaAlguna vez, cuando estaba charlando con Joaquinita en un rincón, sentía posarse sobre sus ojos pequeñuelos y malignos. Mas al levantar la cabeza hacia él los separaba inmediatamente. En estos días, la segundogénita de Anguita me dio una noticia que no dejó de causarme pena.

Á estas palabras siguió un largo silencio, como si Roussel hubiera estado midiendo todo el fastidio de semejante proposición y la señorita Guichard calculando toda su inverosimilitud. Por fin, Clementina reanudó la primera la conversación y dijo: ¿Por tan fútil motivo vas á causarme una pena seria? Mi motivo no es más fútil que tu deseo. ¿Tan testarudo eres? ¿Y tan vanidosa?

El alma en los ojos mira; Dellos la verdad advierte; Que, sin admitir espacio, Dijo mil veces que . ELVIRA. Sancho, no lloro por ti, Sino por ir a palacio; Que el criarme en la llaneza Desta humilde casería, Era cosa que podía Causarme mayor tristeza. Y que es causa justa advierte. SANCHO. ¡Qué necio amor me ha engañado! Vivid, mi necio cuidado; Que yo me daré la muerte.