Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de julio de 2025
En Granada fue cantonal cuando la revolución, y echó de su altar a la Santísima Virgen aquí el señor Vicente se quitó el sombrero e hizo una reverencia . Pues bien; le tengo hecho un corderito, y hace un mes se inscribió en la Hermandad del Sacramento de su parroquia. Es mi mejor conquista. ¿Y esos ojos cómo van? preguntó Isidro. ¡Cómo quiere usted que vayan! Mal, muy mal. Me sofoco demasiado.
D. Manuel de Lavalle, se dijo: Que igualmente se conformaba con el voto del Sr. D. Manuel José de Reyes. Por el Sr. D. Miguel de Irigoyen, se dijo: Que se conforma con el voto del Sr. D. Cornelio Saavedra, agregando que deba tener voto decisivo el Sr. Síndico Procurador. Por el Sr. D. Vicente Capdevila, se dijo: Que se conforma con el voto del Sr. D. Manuel José de Reyes. Por el Sr.
ESTUDIOS CRÍTICOS SOBRE LA HISTORIA DE ARAGÓN, por D. Vicente de la Fuente. Tres tomos con el retrato del Autor, 13 pesetas. Ejemplares especiales. ESTUDIOS GRAMATICALES: introducción a las obras filológicas de D. Andrés Bello, por D. Marco Fidel Suárez. Un tomo, 5 pesetas. Ejemplares especiales. POESÍAS de D. José Eusebio Caro Un tomo, con el retrato del Autor, 4 pesetas. Ejemplares especiales.
Parece, no obstante, que Gil Vicente fué el primero que ennobleció este género de poesía, elevando su vuelo, y comenzó á operar la transición de los misterios y moralidades de los siglos medios en las composiciones posteriores, que, con el nombre de autos, llegaron á ser uno de los principales elementos del teatro español.
El señor Vicente despertaba unos instantes, mascullando santas exclamaciones: «¡Ay, señor!», y volvía a sumirse en su sueño intranquilo, cortado por las visiones del ayuno y la exaltación. Oían detrás del tabique su voz medrosa con sacudidas de terror: ¡Suéltame... te conozco! Eres el Malo... ¡Largo de aquí!
No hay en los alrededores niño ni mujer que no conozca al hermano Vicente. ¡Las estampas que llevo repartidas!... Me paseo por obediencia; hablo con los pájaros, con los perros, con todas las buenas bestias de Dios que me acompañan en el camino; pero ¿dejar de pensar en las cosas santas? no puedo... ¡no puedo!... y peco por desobediencia.
Apenas se aproximaba á sus dominios, salía á su encuentro con una sonrisa de invitación: «¿Un refresco... Vicente?» La mejor silla era para él. Caragòl había olvidado su nombre por innecesario. Al ser de Vannes, sólo podía llamarse Vicente.
Y de allí zarpó la magnífica armada de dieciocho bajeles, tan poderosos y bien artillados que, como dice Gil Vicente en su auto, no podían menos de hacer temblar al turco. A poco de la partida de la Infanta doña Beatriz, la corte se fue a Cintra, deliciosa residencia de verano. Morsamor, como gran forastero, siguió a la corte, acompañado de su doncel Tiburcio.
Vicente, ¿debe templarse el Burdeos? ¿Dónde ponemos la estatua que han traído hoy? ¿A qué hora se sirve en Londres ese licor que hemos recibido?
Me había dicho Timoteo que no había usted venido en dos días, y temía que estuviese indispuesta; pero la he visto esta tarde en las Góngoras a las cuarenta horas y me tranquilicé. ¡Ah! ¿Estuvo usted en las Góngoras? ¿Y por qué no se llegó a saludarme, pícaro? Salía con el padre Iturralde cuando usted entraba, y no podía detenerme porque íbamos de prisa a la conferencia de San Vicente.
Palabra del Dia
Otros Mirando