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Actualizado: 24 de julio de 2025
A lo mejor, al presentarse en su casa, uno de aquellos criados que parecían grandes señores venidos a menos le cerraba el paso fríamente: «La señora no está. La señora ha salido.» Y él adivinaba que era mentira, presintiendo a doña Sol a corta distancia de él, al otro lado de puertas y cortinajes.
Tú las jornadas ordena; Eso no corre por mí. Bien venidos, caballeros. Pues, huésped, ¿qué hay que comer? Desde hoy á el amanecer 755 Dos mozos, seis perdigueros Vienen con un perdigón, De que estoy desesperado. Para mí basta. Ha llegado Á hurtaros la bendición 760 Una mujer que le tiene. Y cuando yo le tuviera, Por ser mujer se le diera. ¿Viene sola? Sola viene. ¡Sola! ¿De qué calidad? 765
Don Fadrique, como si anhelase apartar de sí tristes y enojosos pensamientos, impropios de su carácter y risueña filosofía, se pasó la mano por la frente, y creyendo que recobraba su serena y alegre condición, dijo en voz alta: Hola, ilustre poeta, ¿qué nuevo idilio compone V. en estas soledades? Don Carlos se levantó del asiento, y yendo hacia los recién venidos, dijo: Buenos días, Sr.
Yo soy solamente el que falto, y yo estoy aquí ahora. Todos los otros que no son venidos al rendez-vous es porque son muertos y en la eternidad de la nada. ¡Ay! suspira la hermana, sin elevar los ojos, contra todas las reglas del bien suspirar . Los de aquí estamos también muertos y miramos el mundo desde la perspectiva de la eternidad. ¡Qué idea! Pero comemos todavía pasteles.
Frailes y empleados la llenaban, sentados en sillas de Viena y banquitos de madera oscura y asiento de marmol, venidos de Canton, delante de mesitas cuadradas, jugando al tresillo ó conversando entre sí, á la luz brillante de las lámparas doradas ó á la mortecina de los faroles chinescos vistosamente adornados con largas borlas de seda.
Pues por esta vez contestaba el arcipreste, manoteando y bufando para desenredarse de la esclavina del montecristo, que el viento le envolvía alrededor de la cara , por esta vez, les hemos de hacer tragar saliva. Al menos el distrito de Cebre enviará al congreso una persona decente, hijo del país, jefe de una casa respetable y antigua, que nos conoce mejor que esos pillastres venidos de fuera.
La poesía, además, estaba, desde hace algunos años, harto desdeñada y poco cultivada en nuestro país. Y como conviene que no se desdeñe y que se cultive, y como los juegos florales vienen como de molde para lograrlo, bien venidos sean los juegos florales. Evocadas por ellos, se diría que han reaparecido entre nosotros las musas visitando y favoreciendo a varios poetas nuevos.
Es cierto que cuando el hombre tiene idea de la existencia de seres desconocidos, y está convencido de que estos se ponen en relacion con él, fácilmente se inclina á imaginar que ha oido acentos fatídicos, y se han ofrecido á sus ojos espectros venidos del otro mundo.
Abundaban los chilenos, venidos del otro lado de la Cordillera, para escapar después de unos cuantos días de trabajo, arrastrados por su eterna manía ambulatoria. Eran gentes inquietantes por la facilidad con que tiraban del cuchillo, sin dejar por eso de sonreir y hablar melosamente.
Nada dijo la devota, queriendo animarse. Sin duda se ha constipado en el balcón. Sí: corre esta tarde un airecillo, que ya, ya ... indicó el clérigo; pero váyase usted á su casa, y abrigándose bien.... Eso no será nada dijo doña Petronila Entrambasaguas, que estaba muy impaciente, porque ciertos olores, venidos en mensaje de la cocina, le anunciaban que el carnero se estaba quemando á toda prisa.
Palabra del Dia
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