Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de junio de 2025


Ni faltaban en las tiendas de muñecos trompas marinas, siempretiesos, sables y fusiles de madera y de latón, y especialmente Santos Domingos de diversos tamaños, todos de barro cocido y pintados de vivísimos colores. Estas imágenes eran las que más se vendían, porque el santo inspiraba en el pueblo devoción fervorosa.

En el atrio, un mendigo se le aproximó, con esa solicitud de todos los parásitos que viven á la sombra de un monumento frecuentado por viajeros. De una barraca, situada junto á la escalinata, en la que se vendían fotografías y objetos piadosos, salieron corriendo dos chicuelas para ofrecerse igualmente. ¿El señor deseaba ver la casa de San Ignacio?...

Y entrando el en Ierušalë, toda la ciudad še alborotó diziendo, Quien es ešte? Y las compañas dezian, Ešte es Iešus el Propheta de Nazareth^ de Galilea. Y entrò Iešus en el Templo de Dios, y echó fuera todos losque vendian y compravan en el Templo, y traštornò las mešas de los cambiadóres, y las šillas de los que vendian palomas.

42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones. 43 Y toda persona tenía temor; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes; 45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de cada uno.

Los periódicos publicaron extensos suplementos que se vendían a gritos por las calles, y entonces comenzaron a conocerse y comentarse algunos pormenores del crimen. Constaba entre ellos la declaración del centinela del ministerio de la Guerra; según este, vio pasar a la una de la madrugada, a través de la verja de Recoletos, a un hombre y una mujer que venían muy de prisa de la Castellana.

Ocurría con frecuencia el caso de tropezar con una herradura en la carretera del Sur, y ¡cuántas veces, junto a las fábricas, podían recogerse pedazos de lingote, clavos y otras menudencias que, reunidas, se vendían en el Rastro!

La suerte de Venezuela fue más triste aun que la del Perú; vendida esa región por Carlos V, en un apuro de dinero, a una compañía alemana, viéronse aparecer sobre el suelo americano aquellos bárbaros germanos que se llamaron Alfinger, Seyler, Spira, Federmann, Urre; y que no encontrando oro a montones, según soñaban, vendían a los indios como esclavos para Cuba y Costa Rica, llegando Alfinger hasta alimentar a sus soldados con la carne del infeliz indígena.

Muchos vendían una a una sus prendas de ropa a cambio de algunos vasos de líquido terroso y recalentado, y llegaban desnudos al término del viaje.

Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de los muchachos

Bolívar dió un manifiesto en que no solo se limitaba á reprobar la insurreccion, sino en el cual se extendia á dar en cara el villano proceder á cuantos bajo una hipócrita apariencia se vendian como amigos suyos y de la independencia nacional.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando