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Ella tenía buen gusto y había amueblado su estancia, valiéndose de los mejores tapiceros, con muebles elegantes y hasta lujosos, pero sin relumbrón alguno.

Temiendo le descubriese á Cambyses, determinó mi perdicion valiéndose de los sacerdotes egipcios. En mi patria entonces gobernaban estos; dueños de las dos terceras partes de las tierras, monopolizadores de la ciencia, sumían al pueblo en la ignorancia y en la tiranía, lo embrutecían y lo hacían apto para pasar sin repugnancia de una á otra dominacion.

Un náufrago gigante que había pasado algún tiempo entre nosotros tuvo ocasión de volver á su tierra natal valiéndose de un bote en armonía con su talla que la marea arrastró hasta nuestras costas. Al emprender su viaje de regreso no iba solo.

Dos robustos y estupendos rufianes le tenían bien cogido entre sus enormes manazas fuertes como el hierro, y Teletusa y Tiburcio, sin dejar de reír, le ataban de pies y manos con suma destreza y valiéndose de lienzos retorcidos a falta de cuerdas que por allí no había. ¡Matadme o soltadme para que le mate! gritaba Pedro Carvallo.

Salvatierra sentía halagado su sentimentalismo humanitario por este generoso ensueño de la inocencia. ¡Cambiar el mundo sin sangre, con un golpe teatral, valiéndose de la varilla mágica de la instrucción, sin esas violencias que repugnaban a su alma tierna, y que finalizan siempre con la derrota de los infelices y las crueles represalias del poderoso!...

Pero el administrador le contestaba con un gesto de desaliento. ¿Encontrar dinero sobre bienes que estaban en Rusia?... Valiéndose del antiguo prestigio del príncipe, había podido realizar varios empréstitos; mas transcurría el tiempo y los intereses enormes iban acumulándose. Lubimoff, á pesar de haber simplificado sus gastos y suprimido sus pensiones, necesitaba mucho dinero para vivir.

Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagro valiéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigase enviando á su reino las más espantosas plagas. Así, pues, los conjuros demóticos que en la colección se ven, deben de ser una divulgación sacrilega, plebeya é incompleta, de la alta y noble ciencia de los sacerdotes y príncipes.

Si la joven era culpable ¿cómo el Príncipe, al ver que la acusación pesaba sobre él, no se salvaba revelando la verdad? Era evidente que esperaba salvarse con ella, valiéndose de todos los argumentos favorables al suicidio; quería salvarla por amor, por compasión, o más bien por aquel sentimiento de confraternidad que la comunidad de ideas debía crear y alimentar.

Don Pedro, valiéndose de los subalternos del asistente, averigua que éste lo sabe todo; pero siente curiosidad de ver cómo sale de este embarazo, é insiste de nuevo en que se cumpla con rigor la ley. Juan Pascual, que se precave de la cólera del Monarca arrancándole una orden solemne, no tarda en ejecutar su proyecto.

Es usted un vil explotador, el tipo más despreciable y ruin del criminal, y parece haber olvidado que para delitos como los suyos hay leyes severas que castigan. Usted exige dinero valiéndose de amenaza, y en presencia de una negativa comete un atentado desesperado contra la vida de su esposa.