Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Y afirmando que sin más razón que su capricho se había ido paseando y tal vez vagaba por los desiertos y cercanos cerros, pronosticaba que cuando se cansase de vagar volvería a la población como tal cosa. Ni en toda aquella noche ni durante el día inmediato se cumplió, sin embargo, el pronóstico de doña Inés.

No observaban que su marcha era más lenta y sus ademanes más tímidos; que le gustaba mucho estar sola y que á menudo se la encontraba distraída con los ojos puestos en el vacío; que vagaba, en fin, constantemente por su boca hermosa una sonrisa beata muy lejana de aquella aciaga y melancólica del tiempo en que por primera vez la vimos.

En mitad de la ascensión pensó que rodaba al pie del hórreo, y apretó contra el pecho a la niña, que, despertándose, rompió en llanto.... ¡Que llorase! Allí no la oía alma viviente; por la era sólo vagaba media docena de gallinas, disputando a dos gorrinos las hojas de una col. Perucho entró triunfante por la puerta del hórreo....

Y para certificar su identidad se quitaba la gorra, echando atrás la coleta: un mechón de a cuarta que llevaba tendido en lo alto de la cabeza. Su compañero de miseria era Chiripa, muchacho de su misma edad, pequeño de cuerpo y de ojos maliciosos, sin padre ni madre, que vagaba por Sevilla desde que tenía uso de razón y ejercía sobre Juanillo el dominio de la experiencia.

Se habían acostumbrado a la idea de que fuese varón. ¿Qué misterio será éste? preguntó Manuel Antonio, mientras una sonrisa maliciosa de curiosidad vagaba por su rostro. ¿Misterio? Ninguno manifestó con cierta displicencia Amalia. Lo que se ve claramente es una pobre que quiere que le mantengan a su hija. Sin embargo, hay aquí un no qué de extraño.

Vagaba por las repúblicas del Pacífico, cambiando de ocupación, unas veces en las salitreras de Chile, otras en las minas de Bolivia y del Perú, cuando estalló la guerra, y volvió á Francia para incorporarse al ejército.

Sin duda su espíritu vagaba sobre San Juan Crisóstomo, sin penetrar, como de costumbre, en las entrañas de la teología. Clara dijo después de meditar un momento, Clara, ¿sabes que me parece que el cuarto donde se ha puesto al sobrino del señor don Elías es un poco estrecho? ¿Estrecho? dijo Clara, afectando indiferencia. No: para un hombre solo....

Y continuaba animándola con todas las palabras consoladoras que podía encontrar. Ella me escuchaba sin decir palabra a veces me aprobaba con un movimiento de la cabeza y una sonrisa que expresaba tristeza y cansancio indecibles, vagaba por sus labios.

Su mirada vagaba alrededor de la luz, cazando una idea. La luz iluminaba la mesilla cubierta de hule negro, sobre el cual estaban los libros de estudio, forrados con periódicos y muy bien ordenados por doña Lupe; dos o tres frascos de sustancias medicinales, el tintero y varios números de La Correspondencia.

Quería convencerse de que los pobres se atrevían por fin con los ricos: deseaba ver cómo corrían todos los enemigos por él odiados, sin que les valiese la protección de los ídolos celestiales á los que levantaban palacios, mientras él vagaba por el monte como un perro sin abrigo. La esperanza del choque y de la lucha le estremecía de placer.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando