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Actualizado: 19 de julio de 2025


Pero oye, amigo ¿tan vacía está tu bolsa? Porque en tal caso, mientras entramos en el primer campo, castillo ó villa de Francia, aquí llevo yo mi vieja escarcela de cuero al cinto y no tienes más que meter en ella la mano. Ya sabes que entre hermanos de armas no hay tuyo ni mío. No, amigo; aquí ni dinero se necesita.

Alma vacía de felicidad, llena de dolor; pensamiento enérgico, corazón ardiente, fray Luis de Aliaga había abrazado por desesperación la vida del claustro. El, como nos lo ha dicho en los primeros momentos de dolor por la pérdida de la primera mujer que había amado, creyó que todo lo que podía ligarle en el mundo había concluído.

Y se levantó, del brazo de ella. Es que lo que tiene triste a Lucía. Déjame ir. De ningún modo vayas. Es por el bien de todos. Fue, tocó, entró. ¡Ana! Ana, casi lívida y tendiendo los brazos para no caer en tierra, estaba de pie, en la puerta del cuarto oscuro, vestida de blanco. Cierra, cierra. Se habló mucho, se oyeron gemidos, como de un pecho que se vacía, se lloró mucho.

Pero ¿qué mucho si el mismo amor mal pagado suele ser causa de ventura y de gozo íntimo para el amante que prefiere amar, aun sin correspondencia, a que se desprenda y aparte el amor de su alma, dejándola solitaria, seca y vacía? Queda, pues, demostrado así que todo es egoísmo, si bien es fuerza convenir en que hay egoísmos sublimes y merecedores de perpetua alabanza.

Tentaron de acometella á viva fuerza de asaltos, pero las dos emperatrices que estaban dentro, asistidas de los mas valientes Capitanes del Imperio, libraron la Ciudad; porque los Catalanes, reconociendo tan gallarda defensa, dexaron la empresa, y alojados en las aldeas mas vecinas, corrieron la tierra para buscar el sustento; pero como la vieron vacía de gente, y de ganado, sospecharon la traza del enemigo que ellos no habian prevenido.

El médico se había vuelto para ver lo que hacía Roberto. Este, abatido, al borde de la cama vacía, y con la cabeza hundida en sus manos, permanecía inmóvil. Sólo su respiración oprimida, que se escapaba de su pecho en soplos cortos e irregulares, revelaba la tempestad que se agitaba en su interior. Vuelve en ti, chico dijo el doctor posando la mano en el hombro de Roberto.

No si porque algo al cerrar los ojos, ó por una adivinacion incomprensible del fluido eléctrico que me volvia loco: más claro, no si porque algo con mis ojos ó con mi gran miedo, me parecia estar mirando aquella formidable concavidad, al mismo tiempo que me imaginaba dando vuelcos por aquella region, muy maravillosa, muy sorprendente; pero muy vacía. ¡Dios le pague al buen ingeniero la excelente intencion con que obraba; pero se acabó el ir con él á la visita de ningun monumento que tenga más de un piso!

La mecedora de Ana no se movía, tal como apenas en sus labios pálidos la afable sonrisa: se buscaban con los ojos las violetas en su falda, como si siempre debiera estar llena de ellas. Adela no sin esfuerzo se mantenía en su mecedora, que unas veces estaba cerca de Ana, otras de Lucía, y vacía las más.

Hindenburg, que estaba limpiando un vaso, quedó con las manos inmóviles, sin sacar la servilleta de la cavidad de cristal. Ferragut fué á sentarse junto á una mesa vacía, con la espalda apoyada en la pared. Un criado, el único del establecimiento, acudió para enterarse de lo que deseaba, el señor. Era un andaluz pequeño y vivaracho, que sus andanzas habían traído á Barcelona.

La falta del otro estaba oculta por una venda negra que moldeaba la cuenca vacía. Luego vió su pecho cubierto por el paño azul de una blusa vieja de oficial. Pero al llegar aquí, la mujer vaciló sobre sus pies, como si la sorpresa le asestase un puñetazo demoledor. Lanzó un grito.... El herido no continuaba.

Palabra del Dia

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