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Actualizado: 18 de octubre de 2025


Con esto se consoló Sancho, y dijo que, como aquello fuese ansí, que no le daba mucha pena la pérdida de la carta de Dulcinea, porque él la sabía casi de memoria, de la cual se podría trasladar donde y cuando quisiesen. -Decildo, Sancho, pues -dijo el barbero-, que después la trasladaremos.

Me han hecho los estantes nuevos, y hay que trasladar los libros de sitio. Un chico juicioso, ¿eh? ¿Oye Vd. esto? preguntó el jefe a Pepe, y dirigiéndose al caballero, añadió. Nadie más a propósito: su formalidad y su ilustración le servirán a Vd. mucho. Casi es abogado... El que hizo la petición miró a Pepe, y con la autoridad que le daban sus años, le habló así: Vamos a ver, joven.

Los tertulios aprobaron estas palabras con un murmullo. Justamente se presentaba Manín preguntando de parte de D. Pedro qué significaba aquel ruido. Se le explicó. El señor de Quiñones se hizo trasladar de nuevo en su sillón con ruedas a la sala; vio a la niña y se interesó extremadamente por ella.

La hizo trasladar a una habitación aislada: él pagaría todos los gastos. Y pasó las tardes al lado de la enferma, escuchando sus consejos, alentándole en sus esperanzas. La pobre le suplicaba que cuando llegase a las alturas no abandonase al señor José y a su hijo. Aquel hombre era bueno para ella y la había ayudado valerosamente en los momentos peores de su pobreza.

Un día vino orden de arriba para trasladar a esta hermana a otro convento, y se marchó secretamente sin despedirse. ¿Quién se lo dice a Maximina? se preguntaron todas las colegialas.

Hasta tuvo la dicha de no tropezar a su vuelta con el marquesito del Lago que inconscientemente tan malos ratos le había hecho pasar: la marquesa viuda había decidido al fin trasladar su residencia a sus posesiones de Extremadura huyendo de los escándalos de su hija y de los peligros que amenazaban a su hijo.

Ha de estar cerca de Vetusta para que Benítez pueda hacernos frecuentes visitas y para trasladar a Ana pronto a la ciudad en caso de apuro; ha de ser bastante cómoda, amena, ofrecer un paisaje alegre, tener cerca agua corriente, yerba fresca, leche de vacas... ¡qué yo! Don Álvaro tuvo una inspiración en aquel momento. Se acercó al oído de Paco y dijo: ¡El Vivero!

Al principio, hasta experimentó cierta extrañeza al hacer uso del idioma natal. Había permanecido en la estancia años enteros sin pronunciar una palabra en su lengua. Pensaba en español, y al trasladar las ideas al idioma de sus ascendientes, salpicaba el francés con toda clase de locuciones criollas.

Los cuadrúpedos más pequeños, así como las aves, entraban á docenas en la confección de cualquiera de los platos. Uno de aquellos vehículos automóviles, veloces y sin ruido, que tenían forma de animales, servía para trasladar los alimentos del Hombre-Montaña desde las cocinas hasta los pies de su mesa. En cada viaje sólo llevaba un plato.

Algunos eternos vagabundos se habían lanzado á correr la tierra entera para saciar su sed de aventuras, y estaban temporalmente en la pampa argentina, unos cuantos meses nada más, antes de trasladar su existencia inquieta á la Australia ó al Cabo de Buena Esperanza.

Palabra del Dia

aprietes

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