United States or Venezuela ? Vote for the TOP Country of the Week !


En El Hidalgo abencerraje se nos presenta Granada en todo su esplendor, aunque caminando ya hacia su ocaso; en La envidia de la nobleza, la muerte de los nobles abencerrajes por los traidores zegríes; finalmente, en El cerco de Santa Fe, la famosa lucha trabada ante el último baluarte de la morisma, en que tomaron parte activa los dos Monarcas españoles y los más nobles caballeros del reino, y como su personificación ó centro, las hazañas casi fabulosas de Hernán Pérez del Pulgar, cuyo valor temerario corría parejas con su ardiente celo religioso.

Oíd, pues: oíd, y ved á cuánto os obliga mi confianza. Vuestra majestad no puede obligar más, á quien está tan obligada, señor. No importa, oíd. Y el rey se puso á leer: «Sacra católica majestad: Los traidores que os rodean...» Dejó el rey de leer, levantó los ojos y miró á la duquesa, que estaba verdaderamente asustada. ¡Los traidores que me rodean! dijo el rey ¿qué decís á esto?

¡Atadlos! dijo Luschía, el aldeano de la pipa. Sacaron a la calle un tambor de regimiento y un cesto, y a los dos viejos los ataron. ¿Qué es lo que han hecho? preguntó Martín a uno de la partida que llevaba una boina a rayas. Que son traidores contestó éste. El uno era un maestro de escuela y el otro un expartidario de la guerrilla del Cura.

Aquellos que exigirían que el bien y la verdad se manifestasen invariablemente en formas adustas y severas, me han parecido siempre amigos traidores del bien y la verdad. La virtud es también un género de arte, un arte divino; ella sonríe maternalmente a las Gracias.

Entonces, , había decisión popular; las injurias y denuestos que vomitaron los enemigos de Buenos Aires; ¡aquellos bandidos! las pagaron caras. ¡Qué barra, qué barra lucida y resuelta; cómo silbaba a los traidores y cómo aplaudía a aquellos patriotas! Yo tengo presente ese día observó uno de los personajes que allí estaban.

Son largos los días; las noches, eternas... ¡Qué largo es el tiempo, cuando nos ahogan en llanto las penas! Los celos, como áscuas, en mi alma penetran. ¡Son ascuas de fuego que todo lo arrasan, que nada respetan! Los celos traidores son ráfagas negras. ¡Son arma de majo que hiere en la sombra, donde no le vean!

Pero ganandole la accion, quedó inmovil al ver una visita que no esperaba, faltándole el movimiento, aun para dar impulso al gatillo, regulares efectos que ocasiona en los traidores la magnitud de su delito; á presencia del Juez, de quien aguardan el castigo.

Su vida interna, durante aquellos seis meses, había sido devorada por una actividad febril, ansiosa, mareante, disimulada con esfuerzo bajo actitud tranquila y altiva. A veces la sorda irritación que la minaba no podía resistir tanta presión, y estallaba en un flujo de palabras candentes, injuriosas, que pronunciaba en voz baja, al advertir algún signo de inteligencia entre los traidores.

Inmediaciones de Zaragoza; a la izquierda vista de uno de los muros del palacio de la Aljafería, con una ventana cerrada con una fuerte reja. LEONOR y RUIZ RUIZ. Ya estamos en Zaragoza y es bien entrada la noche; nadie conoceros puede. LEONOR. Ruiz di, ¿No es ésta la torre de la Aljafería? RUIZ. . LEONOR. ¿Están aquí las prisiones? RUIZ. Ahí se suelen custodiar los que a su rey son traidores.

Y, ¡luego los vestiditos que usaba!... Si eran lo más traidores: jamás cubrían las hermosas piernas tentadoras, calzadas, por lo general, con medias punzó. Esas piernas eran, para los adoradores de Rosita, como la miel para las moscas.