Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de junio de 2025
D. Jeremías no podía estarse quieto mientras relataba tales infamias. Se sentaba, se alzaba, paseaba, manoteaba, chillando al mismo tiempo como un energúmeno. Timoteo sentía correr por sus venas un estremecimiento dulcísimo. A la agitación y cólera que reflejaba el rostro del presbítero oponía su semblante una placidez verdaderamente paradisíaca.
Veamos a don Timoteo en el Prado; rodeado de una pequeña corte que a nadie conoce cuando va con él: vean ustedes cómo le oyen con la boca abierta; parece que le han sacado entre todos a paseo para que no se acabe entre sus investigaciones acerca de la rima que a nadie le importa. ¿Habló don Timoteo? ¡Qué algazara y qué aplausos! ¿Se sonrió don Timoteo? ¿Quién fue el dichoso que le hizo desplegar los labios? ¿Lo dijo don Timoteo, el sabio autor de una oda olvidada o de un ignorado romance?
Parecía uno de esos empleados laboriosos, pero rutinarios, incapaces de iniciativas ni de grandes ambiciones, que viven satisfechos y como pegados á su mediocre situación. Se llamaba Timoteo Moreno y era nacido en la República Argentina, de padres españoles.
37 Y Bernabé quería que tomasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 40 Y Pablo escogiendo a Silas, salió encomendado de los hermanos a la gracia del Señor. 41 Y anduvo la Siria y la Cilicia, confirmando a las Iglesias. 1 Después llegó a Derbe, y a Listra; y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía fiel, mas de padre gentil.
No hay inconveniente. Se halla en el jardín en este momento... Pasen ustedes por aquí. Los condujo al través de varias estancias y corredores hasta una puertecita. Abrió un ventanillo que tenía y les invitó a mirar. Miró primero Timoteo, luego Rivera; el último fue Mario. El ingenioso D. Pantaleón se hallaba sentado en uno de los bancos de piedra del jardín rodeado de seis u ocho individuos.
De tal modo que Timoteo bajó los peldaños tambaleándose de gozo, no sin besar antes las manos de aquella adorable señora, derramando sobre ellas un raudal de lágrimas y saliva. Los dioses no se fatigan jamás cuando quieren hacer a un mortal feliz o desgraciado. Aún le tenían reservado a nuestro artista un nuevo triunfo que saboreó al llegar a su casa.
Presentía el infortunado que las chambras jamás deben confundirse con las enaguas. D.ª Carolina acudió generosamente al socorro de aquella desgracia. Los hombres no entienden nada de nuestra ropa, muchacha, y además, mirando por los cristales del escaparate no es fácil distinguir lo que se compra. Timoteo le dirigió una mirada de carnero moribundo agradeciendo el cable de salvación.
Quisiera leer, con todo, lo que usted ha publicado: el género humano debe estar agradecido a la ciencia de don Timoteo... Dícteme usted los títulos de sus obras. Quiero llevarme una apuntación. ¡Oh! ¡Oh! ¿Qué especie de animal es éste iba diciendo yo para mí que no hace más que lanzar monosílabos y hablar despacio, alargando los vocablos y pronunciando más abiertas las aes y las oes?
Por lo mismo que la version parecía absurda, fué creida. Credo quia absurdum, decía S. Agustin. Pero Simoun, ¿no estaba anoche en la fiesta? preguntó Sensia. Sí, dijo Momoy, ¡pero ahora me acuerdo! Dejó la casa en el momento en que íbamos á cenar. Se marchó para sacar su regalo de bodas. ¿Pero no era amigo del General? ¿no era socio de don Timoteo?
Bien, me parece bien. Ya se ve; estas ciencias exactas son las que han destruido los placeres de la imaginación: ya no hay poesía. ¿Y qué falta hace la poesía cuando se trata de mover un barco, señor don Timoteo? ¡Oh! cierto... pero la poesía... amigo... ¡oh! aquellos tiempos se acabaron. Esto... ya se ve... estará bien, pero debe usted llevarlo a un físico, a uno de esos...
Palabra del Dia
Otros Mirando