Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Si te he de hablar con franqueza, no creía yo posible que pudieses salir de tu celda, débil como estás, baldado por los dolores y velados tus ojos de densa nube que desde hace algún tiempo apenas te deja ver distintamente las cosas, sino de un modo vago y confuso y como al través de una neblina. ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué has venido hasta aquí, con paso vacilante e incierto, a tientas y sin duda apoyándote en las paredes? ¿Qué es lo que de mí pretendes todavía?
Avanzaba lentamente, casi a tientas, por aquel camino hollado por las patas de los animales, repitiendo: «¿Quién está ahí? ¿Quién me llama?» con creciente emoción y como si cada momento vacilara menos para reconocer al que le llamaba cuando le creía tan lejos. ¡Andrés! le dije por tercera vez cuando ya no le quedaba dar más que dos o tres pasos.
Podía tener varias ventajas el proceder así: entre otras, quizás el tejedor tuviera un farol de mano, y Dunstan ya estaba cansado de buscar su camino a tientas. Todavía estaba a cerca de tres cuartos de milla de su casa y el suelo se volvía desagradablemente resbaladizo, porque la niebla se iba convirtiendo en llovizna.
Centenares de hogueras brillaban en lo hondo de los desfiladeros, indicando que los alemanes preparaban la comida. Marcos Divès descendió por la hendedura a tientas. Hullin oyó durante algunos segundos los pasos de su camarada, y luego, muy pensativo, se dirigió hacia la vieja torre, en la que se había establecido el cuartel general.
Los aleros de las casas aún estaban bañados de sol, y a él le parecía andar a tientas en la penumbra del crepúsculo. Tengo sed, Don Andrés. Entremos en cualquier sitio. El viejo le encaminaba al café de España, su refugio favorito.
El Magistral se sacudió dentro de la sotana, como entre cadenas, y descargó un puñetazo de Hércules sobre el testero del sofá. Después procuró recobrar la razón, se pasó las manos por la frente; requirió el manteo; buscó el sombrero de teja, se obstinó en callar, buscó a tientas la puerta y salió sin volver la cabeza.
Después del tercer cuarto de hora me arrepentí de haberme acostado, y al cabo de una hora de inquietud, me levanté dispuesto a vestirme. Animome la creencia de que había visto lumbre en la sala común, y que tal vez estaba ardiendo todavía. Salí fuera de mi habitación y seguí a tientas el corredor que resonaba con los ronquidos de los allemani y con el silbido del viento implacable.
Fue con paso vacilante hacia la alcoba y a tientas, porque ya la oscuridad era completa, metió las manos en el armero y sacó dos grandes sables de caballería. Toma dijo alargando uno al capellán.
Fué un atrevimiento, pero fecundo en resultados, el desviar á Lamarck de la botánica, donde había pasado lo mejor de su vida é imponerle la obligación de ocuparse de los animales. Semiciego, á tientas, tocó intrépidamente mil cosas á que los más perspicaces no osaban aún acercarse. Siquiera él obraba instigado por el ardor de la ciencia.
Parecíale que sus hortalizas crecían con menos rapidez que las de los vecinos; quiso él solo cultivar todas las tierras; trabajaba de noche á tientas; el menor nubarrón de granizo le ponía fuera de sí, trémulo de miedo; y él, tan bondadoso, tan honrado, hasta se aprovechaba de los descuidos de los labradores colindantes para robarles una parte de riego.
Palabra del Dia
Otros Mirando