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Actualizado: 24 de mayo de 2025
724 En mí todo su cuidado y su cariño ponía; como a un hijo me quería con cariño verdadero, y me nombró de heredero de los bienes que tenía. 725 El Juez vino sin tardanza cuanto falleció la vieja. "De los bienes que te deja", me dijo, "Yo he de cuidar: es un rodeo regular y dos majadas de ovejas".
Juan había partido ya y nada supo de este cambio en mis planes; pero como el único efecto había de ser un retraso de algunas horas en mi llegada a la casa de su hermana, no había para qué enterarlo de ello, y desde luego mi futura huéspeda no se había de preocupar por mi tardanza.
Aunque viejo, dice chicoleos a toda criada que sale y entra, y se granjea por tanto su buena voluntad; la criada es al zapatero lo que el anteojo al corto de vista: por ella ve lo que no puede ver por sí, y reunido lo interior y lo exterior, suma y lo sabe todo. ¿Se quiere saber la causa de la tardanza de todo criado o criada que va a un recado? ¿Hay zapatero de viejo?
El capitán se movía con hostil nerviosidad, protestando de la tardanza del cochero. Adivinábase que los hermanos acababan de sostener una discusión violenta. El mayor miró a su hija, miró a Jaime, y pareció serenarse al adivinar que los dos se habían entendido. Don Benito y Catalina les acompañaron hasta el carruaje. El asmático cogió una mano de Febrer entre las suyas con vehemente apretón.
Tampoco despertaba á sus camaradas durante la noche con los monólogos de un ensueño violento. Transcurrió un mes sin que regresase el viejo. Rosalindo no se alarmó por esta tardanza.
Después emprendieron de nuevo la marcha y tocaron en el muelle con una hora de noche, cuando las respectivas familias empezaban a inquietarse por su tardanza. ¡CASO EXTRA
7 pero los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos. 9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Al juez todo se le volvía acomodar a los visitadores, insistiendo mucho en si al marqués de Ulloa le convenía la luz de frente o estaría mejor de espaldas a la vidriera; al mismo tiempo lanzaba ojeadas de sobresalto en derredor, porque le iba sabiendo mal la tardanza de su mujer en presentarse.
Esperadme unos pocos días y rogad a Dios por el enfermo». Así les engañaba, dando tiempo al tiempo, hasta que llegara el de la soldadura del hueso, la cual venía con la tardanza que es natural, impacientando tanto al buen hombre que a ratos no podía contener su impaciencia y daba puñadas sobre la cama diciendo: «Esto no se puede aguantar.
Por fin, la Sánchez puso en su mano los billetes... ¡Oh!, ¡qué descanso sintió en su alma la desdichada señora!... Por si a la diablesa se le ocurría quitárselos, decidió marcharse sin tardanza. «¿Qué, se va usted?». Es muy tarde. No puedo perder ni un minuto. Ya sabes que te lo agradezco mucho. ¡Ah!... ¿Quieres que hagamos un recibito?
Palabra del Dia
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