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Actualizado: 14 de junio de 2025
Dos meses después de tomar éste posesión de su oficio, se hallaba una tarde en el confesonario, rezando por su brevario de bolsillo. En la capillita donde acostumbraba a sentarse no había nadie. Dos mujerucas a quienes había confesado se habían ido ya. De pronto una figura elevada y esbelta tapó a medias la puerta, por donde entraba alguna claridad, no mucha.
¡Qué suerte! dijo Francisca interesada. ¿Hay, pues, personas que me aprecian?... Esto me hará encontrar una novedad después de mi querida mamá. Genoveva, léenos esas cartas dijo la de Ribert a su hija. Francisca va en seguida a saber a qué atenerse... ¡Qué! exclamó Francisca; si se trata de una reprimenda, me tapo los oídos; para esa ingrata tarea, basta con mi madre...
Se arrojó sobre él como un tigre; le derribó, le sofocó y le tapó la boca con un pañuelo, al que hizo un nudo, que introdujo en la boca de la víctima. Esta manera de enmudecer, que se conserva aún hoy y se usa por los ladrones, se llama la tragantona. Hasta el crimen tiene sus tradiciones.
Facia inclinó la cabeza y se tapó la cara con las manos, como si se avergonzara, en su humildad, de aquella inmerecida munificencia de su señor; Tona sufrió una sacudida de arriba abajo, como si la hubieran aplicado una descarga eléctrica; Chisco no movió pie ni mano ni una sola fibra de todo su cuerpo, pero se puso muy descolorido.
A la tercera vez ésta se hizo cargo de lo que aquello significaba, y exclamó mirándola con ojos risueños y compasivos: ¡Pobrecita! ¡Pobrecita mía! Cecilia se tapó los suyos con las manos y estuvo así un rato. ¿Qué tienes? le dijo al fin doña Paula. Nada, nada. Pero continuó cubriéndose los ojos. Vamos, ¿qué tienes, hija mía? No tengo nada contestó destapándose al fin.
Cuando le hablan de su reputación fabulosa, contesta: «Ya no valgo nada; ahí están los niños.» Los niños son sus hijos, que han aprendido en la escuela de tan famoso maestro. Se cuenta de él que durante un viaje a Buenos Aires le robaron una vez su montura de gala. Su mujer tapó el rastro con una artesa.
De la calle Alta. Y tu padre, ¿cómo se llama? El tío Magano. Pero ¿cuál es tu nombre de pila? ¿De qué pila, usté? De la de bautismo, animal. Otra, ¿qué sé yo?... ¿Me da la punta! ¿Conque tú fumas, eh? ¡Ay, qué contra!...; ¿quiere ver como las tapo?
No duró mucho tiempo, sin embargo, aquel ataque. Dejó al cabo caer la cabeza contra el rincón, se tapó con una mano los ojos y extendiendo la otra hacia Tristán dijo con voz débil: Habla. Quiero saberlo todo. Todo está dicho ya repuso Tristán visiblemente afectado . ¿Para qué necesitas más palabras?
Andrés se incorporó el primero sobre su mullido lecho. Rosa, al abrir los ojos, se encontró con los del joven fijos en ella, y por un movimiento instintivo de vergüenza se tapó la cara con las manos.
Luego tapó cuidadosamente ambos frascos, y esperó a que llegase la ocasión deseada.
Palabra del Dia
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