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Actualizado: 27 de julio de 2025


Por el acento me respondió la afligida madre . Nosotras somos gallegas, y en esta compañía no se puede tener acento. ¿Se cree usted que, de no ser por el acento, vendrían mis niñas en segunda? El acento es nuestra desgracia. Afortunadamente, la mayorcita ya va perdiéndolo...

13 Y se avergonzará Moab de Quemos, a la manera que la Casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza. 14 ¿Cómo diréis: Somos valientes, y robustos hombres para la guerra? 15 Destruido fue Moab, y sus ciudades asoló, y sus jóvenes escogidos descendieron al degolladero, dijo el Rey, el SE

El que la voz álbum no sea castellana, es para nosotros, que ni somos ni queremos ser puristas, objeción de poquísima importancia; en ninguna parte hemos encontrado todavía el pacto que ha hecho el hombre con la divinidad ni con la Naturaleza de usar tal o cual combinación de sílabas para explicarse: desde el momento en que por mutuo acuerdo una palabra se entiende, ya es buena: desde el punto en que una lengua es buena para hacerse entender en ella, cumple con su objeto, y mejor será indudablemente aquella cuya elasticidad le permite dar entrada a mayor número de palabras exóticas, porque estará segura de no carecer jamás de las voces que necesite: cuando no las tenga por , las traerá de fuera.

A usté le han dicho que hay que darme argo cuando me voy de un cortijo; pero eso es pa los otros, pa los ricos que ganan er dinero de rositas. Usté lo gana exponiendo la vía. Somos compañeros. Guárdeselo, señó Juan. El señor Juan se guardó los billetes, algo contrariado por esta negativa del bandido, que se empeñaba en tratarle como a un compañero.

¡Ah! por la misericordia de Dios, somos buenos hijos de Roma. Sin embargo, ¡si supiérais, doña Juana, de qué manera he sabido que se puede venir de mi cámara á la de la reina sin que nadie lo sepa! ¿Pues cómo? ¿no conoce vuestra majestad á quien se lo ha revelado? Cerrad las puertas, doña Juana, cerradlas, que no quiero que nadie nos vea, y venid á sentaros después conmigo junto al brasero.

Sus elegantes compañeras le creían loco al escuchar los disparatados pensamientos que le sugerían el vino, la vista de los mariscos y el recuerdo de ciertas lecturas fragmentarias y rápidas de su juventud. «Vamos a comernos a nuestros abuelos, como alegres antropófagos que somos

5 así muchos somos un cuerpo en el Cristo, mas todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada; si es profecía, conforme a la medida de la fe; 7 o ministerio, en servir; o el que enseña, en doctrina; 10 amando la caridad de la hermandad los unos con los otros; previniéndoos con honra los unos a los otros;

Ya se sabe... y como los españoles, aun siendo contrabandistas, son demasiado religiosos para comprar cualquier cosa que haya tocado un excomulgado, le envían a usted para que bendiga estas ricas telas, estos brillantes aceros, a fin de que quede tranquila la conciencia de los compradores y de aligerar la cueva del convento. En fin, aunque en pequeño, somos Dios y el diablo.

Lo recuerdo bien, porque me dolió muy adentro... Otro caso raro: somos del mismo parecer el espectro y yo en lo tocante a la educación de los hijos; nos espantan igualmente los temores de sus extravíos, y usamos procederes diametralmente opuestos en el modo de vivir. Pues he ahí mi caso. Yo vivo como vivo y soy lo que soy, porque no puedo ni debo vivir ni ser de otra manera.

Hoy somos desgraciados; yo tanto como , pues he perdido lo que me hacía sobresalir sobre los demás hombres, y tal vez no lo recobre nunca... Pero tu situación es todavía peor; eres mujer, eres más pobre, y yo me siento atraído hacia ti y te digo lo que nunca hubiese dicho de seguir los dos en nuestra antigua posición, encerrados en nuestro orgullo.

Palabra del Dia

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