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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Necesito, además, escribir esta segunda carta para disculparme de no rasgar la primera; porque, después de la longánima docilidad con que se somete usted á mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas, parece ruindad en el que mi censura se haga pública, y el que, siendo yo, por lo común, indulgente y hasta lisonjero con los extraños é indiferentes, me extreme por la severidad con usted, á quien cuento entre mis mejores amigos.

Como su sistema consiste en deslumbrar y seducir con exterioridades, decoraciones y cosas de aparato, que hacen de cada templo un teatro religioso y de las ceremonias del culto verdaderas representaciones, sistema muy eficaz sobre el espíritu curioso del infante, la mujer y el anciano, y que pervierte el sentimiento religioso, los Jesuitas prodigan siempre en sus iglesias los mármoles, dorados y adornos, las decoraciones y banderolas de colores vivos, las pinturas muy animadas, en fin todo lo que tiene colorido y brillo, lo que atrae, seduce y somete el sentimiento religioso á la fascinacion artística, excluyendo la meditacion, evocando lo mundanal y favoreciendo la táctica de la casuistica.

502 Se reparten el botín con igualdad, sin malicia; no muestra el indio codicia, ninguna falta comete: solo en eso se somete a una regla de justicia. 503 Y cada cual con lo suyo a sus toldos enderieza; luego la matanza empieza tan sin razon ni motivo, que no queda animal vivo de esos miles de cabezas.

Hay Benyocdan, lo mismo que Robinsón, se encuentra en una isla desierta, y por la virtud de su ingenio, por la energía de su espíritu y por la robustez y brío de su cuerpo, lucha con la naturaleza y la doma: cubre su desnudez con productos vegetales y con pieles; remedia su debilidad inventando armas; somete a varios animales y los sujeta a su mandado; se abriga de la intemperie construyéndose una vivienda, y se proporciona fuego, y guisa los alimentos para no comerlos crudos, y crea para su uso y comodidad otras artes y otros oficios.

El dia que toda la Alemania se viese sometida al nivel de la unidad, todos ó casi todos sus grupos, absorbidos por Viena ó Berlin, perderían su tipo particular, su originalidad y espontaneidad de accion; el pueblo aleman dejaría de ser lo que es: uno de los mas grandes pueblos del mundo, el mas estudioso y erudito, el mas fecundo en ideas nuevas é investigaciones originales; el iniciador por excelencia de cuantas verdades se encarga Francia de someter á criterio rigoroso para simplificarlas y vulgarizarlas, despues de lo cual Inglaterra las somete á la prueba definitiva de la experiencia; y tambien, permítaseme decirlo, uno de los pueblos mas sanos, de instintos mas dulces y candorosos, y el mas modesto de cuantos ocupan la primera línea en el movimiento de la civilizacion.

En Alemania, donde hay tantos Estados literalmente microscópicos, tantos reyezuelos que para no vivir indigentes necesitan aguzar mucho el ingenio en punto á recursos fiscales; en Alemania, donde el orgullo tradicional de tantas dinastías de segundo, tercero y cuarto órden somete á los pueblos á la necesidad de dejarse explotar mas ó ménos para mantener el rango de los príncipes; en Alemania, digo, se ven instituciones y costumbres muy curiosas, que ningún otro país toleraría talvez.

No: así son los pueblos; así es el hombre cuando se ha perdido toda conciencia del derecho, cuando la fuerza brutal se desencadena. ¿Qué hace el niño cuando su padre, enfurecido, se venga despedazándolo a azotes? Llora y se somete, porque no hay en la tierra apoyo para su derecho.

Crecía en tanto la luz de la mañana, que por las pintadas vidrieras en el templo penetraba, y como doña Guiomar, sofocada por el calor, que le hacía, y bueno, aquella mañana, sin que a templarle bastase el fresco ambiente de la catedral, se levantase el velo, Miguel de Cervantes acabó de perderse, ganado por la peregrina y casi sobrenatural hermosura de la hermosísima indiana; y tanta codicia fue en los ojos de Miguel, que adelantó para ponerse más cerca, y como si el alma, que se le salía por los ojos e iba a buscar su deleite en aquella grandísima hermosura, hubiese tenido algo de hechizo y encantamiento, doña Guiomar volvió la cabeza, ni más ni menos que si la hubieran llamado, y sus lucientes ojos negros, con todo su esplendor, fueron a dar en los ya turbados ojos de Cervantes, que se sintió en el corazón herido, y sintió miedo y escapó, huyendo por la primera vez de un enemigo; que bien puede llamarse enemigo a aquel que, apenas visto, la voluntad nos roba y a la suya nos somete, y nuestra libertad cambia en esclavitud ansiosa, llena de dudas y sobresaltos; que ver lo que para nosotros es un tesoro largo tiempo codiciado, sin tener a la par la certeza de su posesión, en espanto nos pone, y nuestro cuidado afanoso y nuestro sobresalto causa.

No se opone esto a que Alfieri en general tuviese razón; pero es menester hacer extensivo su argumento no sólo al escritor que se somete a un príncipe, sino también al escritor que al público se somete.

Una vez lleno el cabuic, se vierte en tinajas, que tapan perfectamente con la hoja verde del mismo coco, dejándolas en tal estado tres ó cuatro días, en los que fermenta la tuba. Hecha esta operación, se somete aquella á la destilación de la alquitara ó alambique, del que sale el aguardiente.

Palabra del Dia

hociquea

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