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Actualizado: 2 de junio de 2025
Despojado de sus laureles por la mano de los mismos a quienes ha salvado, y arrojado indignamente de la cabeza de su ejército, se salva de entre sus enemigos en el Entre Ríos, porque el cielo desencadena sus elementos para protegerlo, y porque el gaucho del bosque, Montiel, no se atreve a matar al buen manco que no mata a nadie.
Para los primeros hombres, el antecedente conocido de sus acciones, el porqué de sus actos, fue ese misterio interior que llamamos la voluntad, y en función de este primer factor de los hechos propios se explicaron, naturalmente, los hechos ajenos como efectos de otras voluntades en las otras personas, en los animales y en las cosas, como el niño que se enoja con los juguetes indóciles a sus caprichos y los rompe, porque los cree culpables, que es decir, voluntarios; como los baqueanos de la cordillera que creen que la montaña desconoce a los forasteros y desencadena en seguida la tormenta para manifestar su disgusto; como los napolitanos supersticiosos que creen que las diligencias no gustan de los curas y se vuelcan de rabia cuando va alguno entre los pasajeros.
Si la gente no se preocupa por preservar los idiomas, el internet y la globalización que lo acompaña acelerarán considerablemente su desaparición. Pero si la gente se preocupa verdaderamente por preservarlos, el internet constituirá una ayuda irreemplazable." = Otro ejemplo: el criollo haitiano En Haití esta situación no desencadena problemas graves, pero perjudica a los hablantes del 'kreyòl'.
El demonio anhela con furia tragarse las aguas puras del Jordán, que son las personas consagradas a Dios. Contra ellas se conjura el infierno y desencadena todos sus monstruos. San Buenaventura lo ha dicho: «No debemos admirarnos de que estas personas pecaron, sino de que no pecaron». Yo, con todo, sabré resistir y no pecar. Dios me protege. 6 de Junio.
Empero en ningún sitio éste es más áspero, más avinagrado. La triste barrera de lodos del Charante, y luego la dilatada faja de arenas que le detienen por espacio de cincuenta leguas, pónenle malhumorado. Cuando no desencadena su cólera sobre Bayona y San Juan de Luz, azota la pobre Gironde. No se desliza, como el Sena, abrigado por varias costas, sino que va en línea recta al ilimitado Océano.
Las porpitas y los velelos tienen tan poco temor al Océano que, pudiendo sobrenadar siempre que les plazca, hacen esfuerzos para hundirse, y cuando se desencadena la borrasca, escóndense en las profundidades del mar. No acontece lo mismo con la pobre medusa, que ha de resguardarse de la playa al mismo tiempo que de la tempestad.
No: así son los pueblos; así es el hombre cuando se ha perdido toda conciencia del derecho, cuando la fuerza brutal se desencadena. ¿Qué hace el niño cuando su padre, enfurecido, se venga despedazándolo a azotes? Llora y se somete, porque no hay en la tierra apoyo para su derecho.
Probado como está, que en las regiones equinociales las tempestades eléctricas son muy frecuentes, y dada la vegetación exuberante de aquel país cubierto de dilatados bosques, se comprenderá la violencia con que se desencadena en él el terrible fenómeno.
Palabra del Dia
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