Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de mayo de 2025
Lacante saborea su encanto con una alegría temblorosa por miedo de ver agotarse ante sus ojos ese manantial en el que sueña con apagar la sed de su vejez. Creo que no podría ya separarse de su hija.
Aspirad, pues, a desarrollar en lo posible, no un solo aspecto, sino la plenitud de vuestro ser. Sed espectadores atentos allí donde no podáis ser actores.
Pues cuanto á lo de la cerveza, observó Tristán sin inmutarse lo más mínimo, téngase en cuenta que acababa yo de llegar del trabajo en el campo y que apenas empiné el jarro ya le ví el fondo y sin saber cómo lo dejé en seco. Grande debió de ser mi sed.
Dormí, y soñé, y el sueño la tercera Causa le dió principio suficiente, A mezclar el ahito y la dentera. Sueña el enfermo, á quien la fiebre ardiente Abrasa las entrañas, que en la boca Tiene de las que ha visto alguna fuente. Y el labio al fugitivo cristal toca, Y el dormido consuelo imaginado Crece el deseo, y no la sed apoca.
18 Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu; 21 sujetados los unos a los otros en el temor de Dios. 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como el Cristo es cabeza de la Iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo.
El barón se encargó de lanzar a su discípulo; le hizo admitir en su club. Allí se comía bien, y el señor de La Tour de Embleuse no perdió nada en cambiar de cocinero. Antes de su conversión, la comida excesivamente condimentada de los figones y el uso de los licores falsificados irritaban su estómago, enrojecían su lengua y le condenaban a una sed inextinguible.
32 antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo. 1 Así que sed imitadores de Dios como hijos amados; 2 y andad en caridad, como también el Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros por ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave.
A su alrededor gemían otros heridos, confundidos todos sobre el suelo, esperando que el señor Durand pudiese abandonar el martillo por el cuchillo. ¡Voto a tal! tengo sed continuó el maestro Zeli ; me siento débil; apenas si oigo hablar nuestros cañones; ¿es que están constipados?
-En verdad, señora -respondió Sancho-, que en mi vida he bebido de malicia; con sed bien podría ser, porque no tengo nada de hipócrita: bebo cuando tengo gana, y cuando no la tengo y cuando me lo dan, por no parecer o melindroso o malcriado; que a un brindis de un amigo, ¿qué corazón ha de haber tan de mármol que no haga la razón?
Llegó la hora de cenar; vinieron a servir a la mesa unos grandes picaros, que los bravos llaman cañones. Sentámonos todos juntos a la mesa: aparecióse luego el alcaparrón, y con esto empezaron por bienvenido a beber a mi honra, que yo de ninguna manera, hasta que la vi beber, no entendí que tenía tanta. Vino pescado y carne, y todo con apetitos de sed.
Palabra del Dia
Otros Mirando