Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
La niña, de pie aún en el umbral, preguntó nuevamente: ¿Es mamá? Contestole secamente: No, no es mamá. Y echó una severa mirada al arrapiazo. La niña retrocedió unos pasos y luego, adquiriendo valor con la distancia, dijo en su habla característica: Vete, pues. ¿Poqué no te machas? La señora de Galba miraba de soslayo el chal.
Entonces ¿eres tú el que paga los platos rotos? me lanza a quema ropa el viejo pícaro. Yo me pregunto: «¿Tengo que negar?» ¡Bah! ¡Que el diablo lo lleve!... y convengo en la cosa. Pues no dice el otro secamente; nada de eso, hijo mío, no acepto. ¿Y por qué? A causa de los hijos, por supuesto... Tengo que pensar en los nietos que tu magnanimidad me otorgará sin duda.
¿Y no te da vergüenza? ¿Pero qué diablos te pasa? ¿Qué tienes contra mí? No me contestó, encogiéndose de hombros. ¡Anda al demonio! murmuré. Pero un momento después, al separarme, sentí su mirada cruel y desconfiada fija en la mía. ¿Me juras por lo que más quieras, por lo que quieras más, que no sabes lo que pienso? No le respondí secamente. ¡No mientes, no estás mintiendo? No miento.
Dígala Vd., de parte de su hijo, que, si quiere, pronto podrá quedarse aquí para siempre. Adiós, señor repuso secamente la del hábito. Salió Pepe al corredor que comunicaba con el zaguán, y al atravesar el cruce de dos pasillos vio claridad de luz artificial en una puerta entornada: atraídos sus ojos por el resplandor, miró, y tras aquella puerta vio a su madre, que estaba espiando su salida.
Castro le dirigió una mirada fulminante; pero, o no la vió, o se hizo como que no la veía. Esperancita frunció el entrecejo y contestó secamente que no se acordaba con precisión. Esto bastaría para que cualquiera se diese por advertido. Ramoncito no se dió. Antes quiso prolongar la conversación con frases absurdas o insustanciales.
¡Eh, señor! repitió tocándole tímidamente sobre el brazo ¿me quiere dejar mirar? El del anteojo sacó los ojos del vidrio, dio vuelta para ver quién le hablaba y contestó secamente: ¡No! El desairado trató de forjar una sonrisa para disimular.
Es usted un verdadero amigo. Sí. ¿Pero un amigo cómo? Verdadero, como usted lo ha dicho. Un amigo... que me ama... Sin duda. ¿Mucho? Seguramente. ¿Apasionadamente? No. A este monosílabo que articulé muy secamente y apoyé con una firme mirada, la señorita Helouin arrojó vivamente su ramito de azahares y abandonó mi brazo.
Hace quince días me entregó otro de nueve mil.... Aquí está. La misma operación, y el mismo silencio. El mes pasado me presentó tres; uno de siete mil, otro de once mil y otro de cuatro mil.... Aquí los tengo también. Osorio agitó el puñado de papeles un instante delante de los ojos de la dama. Viendo que ésta no despegaba los labios, preguntó: ¿Estás conforme? ¿Con qué? dijo secamente.
Sin esperar pregunta alguna ni hacer caso de la sorpresa que en sus rostros se pintaba, les dijo con tono imperioso: ¡Huid! El conde puede llegar de un momento á otro. Le estamos aguardando contestó Pedro secamente. Pues haces mal en aguardarlo. Lo sabe todo y viene á matarte. Razón de más para que no huya.
Acabo de ver al sucio de Antonio propasarse contigo sin que te hayas dado por ofendida... Por milagro de Dios no le he dejado clavado á la pared como un sapo... Vuelvo á suplicarte que si me aprecias en algo dejes de hablar con ese hombre... Ya te he dicho que no lo puedo soportar... ¡Vamos, que no puedo!... Pues haz por soportarlo respondió secamente la joven.
Palabra del Dia
Otros Mirando