Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Solo carecen de viñas y olivares, por no tener sarmiento para plantarlos. Tambien tienen por la parte del sur los habitadores de esta ciudad, cosa de dos leguas poco mas, la mar vecina, de donde se proveen de rico pescado y marisco para el mantenimiento de todo el invierno.
Como el suceso no era para menos, se apresuró el Asistente D. Diego Sarmiento y Sotomayor, conde de Salvatierra, á llevar á cabo los preparativos para recibir á los huéspedes dignamente y así hizo que en el Alcázar se dispusiera lo conveniente para alojarlos y que la ciudad saliera con toda gravedad á recibirlos cuando entraron en ella el día 23 de Octubre.
Llevará usted la correspondencia; desempeñará usted otros trabajos que se ofrezcan en el escritorio, y no tendremos dificultades. Desde hoy tendrá usted una pieza cerca de nuestras habitaciones, un sitio en nuestra tertulia, un asiento en nuestra mesa, y un lugar en nuestra estimación. Ayer me escribió Sarmiento. Algo me cuenta de ciertas murmuraciones.
Confesar que no se ha leído un libro de cierta notoriedad; ¿tú has encontrado a alguien que confiese no haber leído a Sarmiento, a Mitre, a López, a Estrada o a alguno de nuestros grandes autores de renombre? Tal vez tienes razón. ¡Y sin tal vez! Yo no he hablado con una sola persona que me haya dicho que no ha leído el «Facundo», por ejemplo. Y lo habrán leído...
Sólo intimaron éstas, con Sarmiento y el P. Solís, pues aunque visitaron a las principales familias de la ciudad, mis buenas paisanas no dieron muestras de estimación por las recién llegadas. Las gentes de Villaverde, las mujeres particularmente, no veían con agrado los usos y costumbres de la familia Fernández.
¡Ah! ¿vuecencia es grande de España? ¡El duque de Uceda! ¡Ah! ¡ah! ¡una linterna! ¡una linterna pronto! exclamó la misma voz, que no era otra que la del licenciado Sarmiento. Hizo luz uno de los alguaciles, es decir, abrió su linterna que entregó al alcalde, y éste vió con la luz de la linterna el rostro al duque de Uceda.
Hijo: ¡eso es el huevo de Juanelo! ¿Cuánto vas a ganar? No lo sé todavía.... De seguro que será poco. Sonrió Sarmiento, me hizo una caricia, y me dijo en voz baja, casi al oído: ¡Ten paciencia! Yo te buscaré algo mejor. Más bien dicho, ya tengo para tí una colocación. No todo sale a medida del deseo, y no podremos contar con el destino hasta dentro de dos meses, a principios de año.
Salen de aquí contentos los que cuento, Diego Flores, Valdès y el Trugillano, El buen Sotomayor, por cognomento Chaves, y de la madre voz, Mediano. Con ellos, como digo, vá Sarmiento, Cuya quimera vana salió en vano; Al Yumiri llegaron, boca angosta, Y del reino argentino tierra y costa.
Visita a don Román, tu maestro; al doctor Sarmiento, que es tan bueno con nosotras; a don Basilio, que te quiere tanto; al señor Fernández.... No; a ese no, porque no te conoce. Es el dueño de la hacienda de Santa Clara. ¡Muy buena persona! Ya irás con Pepa. Ya verás: ¡tiene una hija como una plata! Aquí no le faltan pretendientes.... Ya la conocerás.... ¿Almorzaste bien?
Es el propio Sarmiento quien la considera, según se ha visto: 1.º, como «un fruto de la inspiración del momento»; 2.º, como «un ensayo y revelación para sí mismo de sus propias ideas»; 3.º, como «un mito» a la manera de su «héroe». El carácter subjetivo, parcial y militante del libro queda así confesado.
Palabra del Dia
Otros Mirando