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Actualizado: 18 de noviembre de 2025
El cura, sin tener un talento sobresaliente, ni una santidad que llamase la atención, era uno de esos sacerdotes, cuyo carácter, inclinaciones, estudios, educación, ocupaciones y hábitos los hacen perfectamente aptos para el desempeño de su ministerio. Hemos dicho modelo, y no ideal, porque los ideales son escasos.
Es el retrato de sor Teodora de Aransis indicó Alonso con respeto , superiora del convento de San Salomó, donde murió ya muy anciana y en olor de santidad hace diez años. ¡Guapa monja! ¿Qué tal, D. José?». Don José dijo al oído de Miquis: «¡Si pestañeara!...».
Ella creía que un fraile la podía admirar por su talento, estimar por sus virtudes, venerar por su conducta intachable, y gustar de su trato y conversación, y complacerse en ser su amigo; pero enamorarse de ella le parecía tan absurdo, tan contrario a todas las conveniencias y leyes sociales y religiosas, tan monstruosamente feo y chocante, que no quería, ni podía, ni debía sospecharlo en persona del juicio, de la circunspección y hasta de la santidad que en el P. Enrique notaba.
Sólo aquél tiende su vuelo por los espacios de la eternidad, logra sus simientes, conoce la verdadera gloria y vence la vanidad, la brevedad y el terreno dolor. Sí, sería religioso y quizás ermitaño. Estaba resuelto. Bajando los párpados, soñó, entre el murmullo creciente de la asamblea, en su futura santidad.
La nobleza y la santidad son dos cosas justamente contrarias. Los nobles fueron los más bravos; los santos, los más tímidos. Se diferencian nobleza y santidad en que la nobleza se transmite por herencia y la santidad no.
Sí, sí, las he oído respondió Silas, para quien el sonido de las campanas era un simple incidente que no tenía ninguna relación con la santidad del día. No había campanas en el Patio de la Linterna. ¡Dios mío! dijo Dolly, deteniéndose antes de seguir hablando . Es lástima que trabajéis el domingo y que no cuidéis vuestro traje, aunque no vayáis a la iglesia.
Isabel continuó el cura, escribió al Papa una larga carta para justificar su conducta y solicitar su perdón. «No soy una rebelde decía, ni una desobediente; quiero obedecer y morir a vuestros pies, cuando me hayáis hecho el favor de oír una sola palabra para mi justificación.» Inocencio IV había hablado a la Princesa de la excelencia y de la santidad del matrimonio...
Así la moralidad en su sentido mas absoluto, en su grado mas alto, esto es la santidad infinita, es independiente de todo libre albedrío. Dios no puede dejar de ser santo. La proposicion: Dios se ha de amar á sí mismo no es exacta; la rigurosa exactitud solo se halla en esta otra: Dios se ama á sí mismo; porque expresa de una manera absoluta, un hecho absoluto.
Hagamos la prueba llevando este principio fecundo á todas las regiones del mundo moral. ¿Qué es la moralidad absoluta en Dios? ¿cuál es el atributo del ser infinito que llamamos santidad? El amor de sí mismo, de su perfeccion infinita. En Dios no hay deber propiamente dicho, hay necesidad absoluta de ser santo; porque tiene necesidad absoluta de amar su perfeccion infinita.
La potencia de Dios Dios hará por usted lo que usted reconoce que no puede hacer por sí mismo para hallar arrepintimiento, liberación , y todos los recursos necesarios para vivir plenamente en santidad, comunicado con Dios. La justicia actual, que sigue siendo la justicia de Cristo que obra en la vida diaria del creyente por la fe, mediante los recursos del Espíritu Santo. Perfección.
Palabra del Dia
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