Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de julio de 2025


No, no: yo no nada del asunto ese... ¿Y está segura la Celedonia del nombre? Pregúntaselo... Dos o tres veces repitió: «Dile a tu señora que ha estado aquí D. Romualdo». Interrogada la chiquilla, confirmó todo lo expresado por Doña Paca.

A esto respondió la guardesa que podrían lograr sus deseos de recogerse, si se entendían con un señor muy piadoso que anda en estas cosas de asilos; un sacerdote... que le llaman D. Romualdo. «¡D. Romualdo!... ¡Ah! , ya ; digo, no le conozco más que de nombre. ¿Es un señor cura, alto y guapetón, que tiene una sobrina llamada Doña Patros, que bizca un poco?».

No hay más D. Romualdo que el pordioseo bendito, y a eso voy, y veremos si cae algo, con permiso de la Caporala». El día era bueno; al entrar, díjole Pulido que había funeral de primera, y boda en la sacristía. La novia era sobrina de un ministro pleniputenciano, y el novio... cosa de periódicos. Ocupó Benina su puesto, y se estrenó con dos céntimos que le dio una señora.

Acudió el propio Frasquito con el socorro del agua, y D. Romualdo, en cuanto la señora bebió y se repuso de su emoción, dijo al desmedrado caballero: «Si no me equivoco, tengo el honor de hablar con D. Francisco Ponte Delgado... natural de Algeciras... Por muchos años. ¿Es usted primo en tercer grado de Rafael Antrines, de cuyo fallecimiento tendrá noticia?

D. Romualdo dijo Doña Francisca enteramente trastornada ya , que no crea nada de eso; que no haga ningún caso de las Beninas figuradas que puedan salir por ahí, y se atenga a la propia y legítima Nina; a la que va de asistenta a su casa de usted todas las mañanas, recibiendo allí tantos beneficios, como los he recibido yo por conducto de ella.

Con las dos pesetas que saqué, y otras dos que me dio D. Romualdo por ser su santo, he podido atender a todo. ¿Pagaste el aceite de ayer? ¡Pues no! ¿Y la tila y la sanguinaria? Todo, todo... Y aún me ha sobrado, después de la compra, para mañana.

«Pero, Nina de mi alma, ¿has pensado bien en la carga que nos hemos echado encima?... que no puedes, llévame a cuestas, como dijo el otro. ¿Te parece que estamos nosotras para meternos a protectoras de nadie?... Pero acaba de contarme: ¿fue D. Romualdo bendito quien...? , señora, Rumaldo... respondió la anciana, que en su aturdimiento no se había preparado para el embuste.

Ya me lo figuro. ¡Y que no serán cortos de tragaderas los curánganos de San Sebastián, compañeros y amigos de tu D. Romualdo! Todo lo que le diga es poco. Cuéntame: ¿qué les has puesto? preguntó ansiosa la señora, que gustaba de saber lo que se comía en las casas ajenas . Ya estoy al tanto. Les harías una mayonesa. Lo primero un arroz, que me quedó muy a punto. ¡Ay, Señor, cuánto lo alabaron!

¡Bendito, mil veces bendito señor! Ella... Teresa Conejo. ¿Qué dices, mujer? Digo que... ¿Pero usted no se entera de lo que hablo? Has dicho que... ¿Por ventura es cazador D. Romualdo? ¿Cazador? Como has dicho no qué de un conejo.

Había llegado a tener Doña Paca tal confianza en la disposición de Benina, que apenas se inquietaba ya por las dificultades del mañana, segura de que la otra las había de vencer con su diligencia y conocimiento del mundo, valiéndole de mucho la protección del bendito D. Romualdo.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando