Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de mayo de 2025


Generalmente basta este medicamento para hacer desaparecer las manchas rojizas que subsisten despues de la curacion de algunos exantemas; las rubicundeces eritematosas y las naturales del acné rosáceo ceden tambien con el carbonato de cal. Las pústulas del acné se tratan mejor con este medicamento, seguido ó precedido de la nuez vómica y del arsénico.

He aquí lo que anticipadamente percibo en ese mar, y en los cuadros do el genio ha señalado su profundo carácter. La sombría Estacada de Ruysdael es el cuadro que siempre ha llamado más mi atención de todos los del Louvre. ¿Por qué? En las rojizas tintas de aquellas aguas electrizadas no siento ni por un momento el frío del mar del Norte, sino la fermentación, el oleaje de la vida.

El vecindario se refugiaba en ellas cuando las humaredas de los vigías avisaban un desembarco de piratas de Argel. Siguiendo las sinuosidades del promontorio, existía una fila de torres rojizas, cada una de ellas con otras dos iguales á la vista. Esta fila se prolongaba por el Sur hasta el estrecho de Gibraltar y por el Norte llegaba á Francia.

Era un pequeño chalet de grandes ventanas y levantados techos de tejas rojizas. María Teresa había sido casi su arquitecto, pues, cuando su construcción fue decidida, exigió que se copiase fielmente cierta casita pintoresca salida de la imaginación fantástica de Kate Greenway. La noche huía, el día asomaba.

Se ciñen los montes coronas de hielo, De blancas espumas las olas del mar, De fresco rocío las plantas del suelo, De llamas rojizas la esfera solar. Mas hay una bella que dulce y modesta Ni flores, ni nubes, ni llamas buscó, Y en vez de la joya que adorno le presta, Con diáfano velo su frente ciñó.

Rafael llegó al puente del Arrabal, una de las dos salidas de la vieja ciudad edificada sobre la isla. El Júcar peinaba sus aguas fangosas y rojizas en los machones del puente. Unas cuantas canoas balanceábanse amarradas a las casas de la orilla.

Era un día de otoño muy melancólico; el cielo estaba obscuro; lloviznaba; los cuervos pasaban graznando por el aire. Los árboles se despojaban de sus hojas rojizas y amarillas, cubriendo el campo con ellas; las ráfagas de viento las llevaban de acá para allá por el camino; había un olor otoñal de hierba marchita, de helecho mojado y de hojas húmedas.

A la otra parte de la laguna recomienza la verde sábana. Entre los viñedos destacan las manchas amarillentas de las tierras paniegas y las manchas rojizas de las tierras protoxidadas con la labranza nueva. Ejércitos de olivos, puestos en liños cuidadosos, descienden por los declives; solapadas entre los olmos asoman las casas de la Umbría; un tenue telón zarco cierra el horizonte.

Los más antiguos, de tonos suaves y desmayados, mostraban jardines persas, con fontanas azules en las que bebían rojizas bestias.

La siniestra luz de las rojizas llamas del Mayon, los monstruos y quimeras del Lignion, la flora de sus campos, las leyendas de sus bosques, y sobre todo la originalísima Tacay, hermosa flor ninfácea de sus lagos, de la que hizo el poeta motivo y tema de sus versos, fueron las fuentes en que el Padre Melendreras bebía la inspiración de sus cantares inéditos en su mayoría, y casi podríamos decir en su totalidad, consecuencia de su extremada modestia que á todo trance rehuía la publicidad.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando