Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de junio de 2025


Adela, por otra parte, estaba demasiado bien educada para hacer caso de su marido. ¡La sociedad es tan divertida y los jóvenes tan amables! ¿Qué hace usted en un rigodón si le oprimen la mano? ¿Qué contesta usted si le repiten cien veces que es interesante? Si tiene usted visita todos los días, ¿cómo cierra usted sus puertas? Es forzoso abrirlas, y por lo regular de par en par.

Particularmente las señoras se humillaban con un deleite que no eran poderosas a disimular, con un sentimiento de ternura y adoración que las ponía rojas. Organizóse poco después el rigodón de honor. Clementina abandonó su puesto para tomar parte en él. El monarca bailó con la duquesa, que hizo un esfuerzo por contentar a su marido. Una triple fila de curiosos formaban círculo viéndoles bailar.

Ronzal, que no podía sentarse, porque no tenía dónde, pensaba que aquello era una corruptela, y era verdad. La de Páez y la del barón apenas se tenían en pie; se dejaban caer sobre su silla respectiva, como si cada figura del rigodón fuera un viaje alrededor del mundo.

Poco a poco y a influjo sin duda de las ideas que la embargaron, su rostro perdió la expresión habitual y fue adquiriendo otra dolorida y humilde como la de una Magdalena. En aquel momento los acordes del piano subieron vibrando por la obscura escalera, señalando los primeros compases de un insinuante rigodón. Dejose caer de rodillas y dobló la cabeza. Al poco tiempo sollozaba.

Luego bailaron un vals y un rigodón. Mientras duró éste, Emilio no había cesado de hablarle al oído. Toda la noche la había estado sirviendo lo mismo que un criado, presentándole él mismo las fuentes de confites y frutas heladas. Una vez, al darle una de éstas, le había apretado los dedos; bien lo había visto. ¡Esto era una indecencia! Irenita quería suicidarse.

Parece que usted no perdona a ninguna, «desde la princesa altiva, a la que pesca en ruin barca». Pero aquí estoy para velar por la moral. Ya la moral huyó de Grecia, ya no se baila el rigodón. empezó a cantar el comandante, repitiendo un pasaje de cierta zarzuela bufa muy popular. Al mismo tiempo tiraba por las narices a la joven, quien se apartó con furia. ¡Déjeme usted, chinchoso, feo, patoso!

Daba la casualidad de que casi todas las niñas nobles de Vetusta eran flacas. Ana se sentó al lado de la marquesa de Vegallana, única persona que le era simpática entre todas las del corro. Entonces anunciaba la orquesta un rigodón.

De sociedad gusta poco; le convidaron a algunas casas, porque parece que su padre, el cabecilla, era una persona distinguida de las Provincias, y está emparentado con los Puenteancha, y con los Mijares, que son Urbietas de apellido... pero se vendía tan caro, que en todas partes se andaban pereciendo por tenerle.... Una vez, porque bailó un rigodón en casa de Puenteancha con Isabelita Novelda, hubo broma toda la noche... le dijeron que ya podía domar osos y tomar a Plewna sin artillería.... Isabelita estaba más hueca que... y luego resultó que era que la Puenteancha se lo había pedido por favor, y él le había contestado: bueno, bailaré con la primera que encuentre... encontró a Isabelita, y zas, la invitó.... Cuando se supo, ¡figúrate la tontuela de Isabelita qué cara pondría!

Miranda reclamó un rigodón, y para colmo de dicha y victoria, las Amézagas se reconcomían mirando de reojo el espejillo, dije que sólo brillaba sobre dos faldas: la de Pilar y la de la sueca.

Pero aplique usted aquellos lentecicos y... ¡zas, zis!, ya se encuentra usted con los bicharracos y las bacterias que bailan dentro un rigodón.... Pues el que anda por allá, encimita de las nubes, también ve cosas que a los bobos de por acá nos parecen tan sencillas... y para él tienen su quid.... ¡Bah, bah!, él se encargará de arreglarnos las cosas... nosotros, ni que nos empeñemos.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando