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No su incomparable hermosura la cautiva, no la brisa matinal suave y fragante la embriaga. Una arruga profunda surca su frente, signo de intensa preocupación, de temor y de anhelo. Su faz, ordinariamente blanca, se tiñe ahora de carmín por la fatiga. Cuando menos lo esperaba, en una de las revueltas del retorcido camino se encontró con las primeras casas de la aldea.

El capitán era un bárbaro, como todo capitán negrero de esa época. Allí, al que faltaba, ya se sabía, lo azotaban como a un perro. Zaldumbide tenía un chicote retorcido, con el cual él mismo daba un castiguillo. Llamaba así a pegarle a uno hasta dejarle desmayado. En general, Zaldumbide castigaba la mala intención, pero casi nunca la torpeza.

Cuando las grandes mareas alcanzaría hasta media legua, lamiendo las faldas de las colinas cubiertas de pinos que a uno y otro lado cerraban la cuenca. En la hora de bajamar el agua se retiraba por completo, dejando apenas un hilo estrecho y retorcido que corría por el centro.

Si no hubiese estado usted presente, me habría jugado una mala partida: esos maridos marinos son capaces de todo. Las cartas me han anunciado repetidas veces que yo moriría de muerte violenta, y es que las cartas conocían al señor Chermidy. Tarde o temprano me habría retorcido el cuello, y hubiera bailado el día de mi entierro.

Aguardaron todavía algunos minutos y cuando observaron que la lluvia cedía un poco se lanzaron fuera del techado y á paso rápido llegaron al Campo de la Bolera, atravesaron el riachuelo sobre el puente de madera y comenzaron á subir por el retorcido y pintoresco sendero que conducía á Canzana. ¡No se fatigaba, no, aquella gallarda pareja por lo agrio de la cuesta!

Títulos ambos, repuse, que los hacen igualmente acreedores a toda mi estimación. Uno tras otro se adelantaron y besaron mi mano. De Gautet, un sujeto alto, delgado, de erizados cabellos y retorcido bigote. El belga Bersonín, personaje grueso, de mediana estatura y calvo, aunque no contaba mucho más de treinta años.

Su voz algo aflautada sólo rendía el pabellón ante el ceceo cubano de la Amézaga capitana. Oigamos el concertante. Pues éste lo compré hoy decía Lola remangando desenfadadamente la manga de su vestido de muselina rosa con lazos de raso granate obscuro, y enseñando un brazalete de cuyo aro pendía un cochinillo retorcido de rabo y potente de lomo, ejecutado en fino esmalte.

Nuestro propio instinto nos ofrece una grande enseñanza cuando nos hace salvar una mosca que se ahoga en un vidrio y otras veces pone en nuestra mano retorcido lienzo y nos las hace matar a centenares sobre la mesa y el muro.

Frisaba en los treinta años, era de estatura mediana, cabello castaño, barba cortada en punta y algo clara, bigote retorcido y ojos muy cubiertos con los párpados, lo que daba á su fisonomía un aspecto de firmeza. Cuando estaba callado y su mirada velada se deslizaba imperceptible á través de las pestañas, era imposible adivinar lo que pensaba.

El instrumento estaba muy bien imitado: era de cobre, las brasas estaban hechas con oropel y los torbellinos de humo con sendos copos de algodon sucio, retorcido. ¿Eh, Ben Zayb, no es tonto el que lo ideó? preguntaba riendo el P. Camorra. ¡Pues, no le veo la punta! dijo el periodista.