Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de junio de 2025
Con respuesta tan animosa se amilanaron los Sibacás, y no queriendo exponerse á la fortuna de una batalla en que podían llevar la peor parte, dieron todos la vuelta. Quería el Mapono, ya que no se había logrado el designio de coger al Padre entre sus garras, desfogar á lo menos su rabia con la santa cruz que allí estaba enarbolada, y blandiendo la macana la quiso derribar.
Iba, pues, a darle una respuesta evasiva cuando le vi dirigirse apresuradamente al otro extremo del andén y saludar a una joven bonita y muy elegantemente vestida, que acababa de dejar la sala de espera. Podría tener unos treinta o treinta y dos años y era alta, morena y algo gruesa.
Uno de sus enemigos. ¿Pero sabía usted lo que contenía esa bolsita? Jamás me lo quiso decir fue la respuesta del capuchino, mirándome de lleno a la cara. Sólo me dijo que su secreto estaba encerrado dentro de ella... y tengo motivos para creer que así era. ¿Pero usted conocía su secreto? le interrogué, con los ojos fijos en él.
Y de nuevo entonces, como una esfinge atormentadora, surge en su mente la pregunta de si ha pasado o no la edad en que sin imprudencia puede el hombre casarse y crear una familia. Esta vez, debido quizás al influjo de ese alegre sol de mayo, la respuesta se formula en su espíritu con menos vacilaciones, con mayor claridad que nunca.
Esta respuesta obligó á los nuestros, á que determinasen antes morir que salir de su tierra sin que se les diese entera satisfacion. Hicieronle saber esta resolucion; y entretanto se apoderaron de algunos puestos importantes, á donde los pueblos aunque por fuerza les contribuian para sustentarse.
Pavoroso era el cuadro que el marqués dibujaba... Aislado el pobre rey, miraba sin cesar hacia la frontera, esperando la contestación a su discurso del 3 de abril que aún no había obtenido respuesta el 21 de junio. Sucedíanse las crisis ministeriales, frecuentes, periódicas, como calenturas de terciana, hasta engendrar un ministerio llamado de Santa Rita, por ser esta Santa abogada de imposibles.
Tal era la vehemencia de su afabilidad, que no me ofreció el más ligero intersticio para colarme con una respuesta a su saludo o una satisfacción galante a sus excusas.
Quedose yerta al recibirla, y miraba con alelados ojos el papel sin acertar a salir del paso con una respuesta u observación cualquiera, porque pensar que saldría con dinero era pensar lo imposible... Nunca se había visto en trance igual, porque Bringas tenía por sistema no comprar nada sin el dinero por delante.
Raquel, por toda respuesta, la miró con expresión de cansancio y de disgusto; y se marchó después de arrojar dos cartas sobre una mesita. Adriana quedó pensativa por largo rato, jugando con las cartas. Después abrió una, que era de Muñoz y la leyó rápidamente. Se trataba de un ultimátum.
Salieron todos del pórtico, y cuando hubieron andado un corto trecho, Moreno preguntó a Llot si sabía de algún sitio donde se pudiera almorzar medianamente. Oyó la pregunta el párroco del pueblo, que venía entre ellos, y atajó la respuesta diciendo en voz alta, imperativa: Ustedes, señores míos, no van a almorzar a ningún lado, sino a mi casa. Los amigos de nuestros amigos son nuestros amigos.
Palabra del Dia
Otros Mirando