United States or Saudi Arabia ? Vote for the TOP Country of the Week !


A la larga se fatigan de oír, aunque la conversación les interese. Parecen ofenderse de haber permanecido mucho rato en silencio, y se vengan llamando «macaneador» al mismo cuya palabra han solicitado. Lo que no se entiende, lo que no gusta, ya se sabe que es «macana». Isidro empezó a apartarse de su amigo. Le dejo, Fernando; me reclama mi público. En los primeros días tenía más éxito.

Urambía las armas señalaba, Que son pica, macana y palometa, A cada cual padrino acompañaba: Con Urambía sale Urambieta, Xiantombia

El amigo Gómez murmuró, como si empezase a perder la fe en el maestro: ¡Cuánta ceremonia para matarse dos hombres!... ¡Qué macana!... Isidro estaba conmovido realmente, con una emoción algo parecida al miedo. Estos desafíos arreglados a la ligera, por salir del paso, resultaban muchas veces los más trágicos. Un pavoroso presentimiento le avisaba que los proyectiles no iban a perderse.

Pasaron un poco adelante, cuando de repente cayeron en las celadas de aquellos malvados, los cuales saliendo con presteza al encuentro, al primer lance aferraron la embarcación y la llevaron á tierra; el primero que entró en ella fué aquel maldito indio Cotaga, que llegándose al P. Arce, le sacó á la playa echándole con ímpetu en el suelo y fué menester muy poco, porque estaba ya consumido de fuerzas y sólo se tenía en pie en cuanto el aliento y fervor de su espíritu le daban ánimo y vigor; sacó luego su macana aquel sacrílego infiel, y le dió tan fiero golpe en la cabeza que le quitó al punto la vida, sin poder decir otra cosa, sino: Hijos míos, muy amados, ¿por qué hacéis esto?

Que despues acá no han tenido guerra, pero que tienen muy cuidado el camino, para que no se salga, ni entre á su poblacion; y que donde está el sentinela hay una angostura, en donde los españoles suelen poner una cruz; pero los indios la quitan y les ponen una macana con sangre. Que tienen iglesia grande en su poblacion, y mucha plata y oro que allí sacan.

Llegó allí un Mapono con otros de su profesión y á muchos golpes de macana la hicieron pedazos, ultrajándola con cuantos escarnios y afrentas sabe y puede hacer y decir un celo diabólico; pero fué muy á costa de los agresores, porque en breve pagaron con muerte desastrada su delito.

La macana con furia fuerte afierra, Y espera con esfuerzo al enemigo: Urambía la pica cala y cierra, Y diérale por medio del ombligo; Mas Curemo diò un salto de la tierra, Y con tan grande maña dió consigo A un lado, que pasò la pica en vano, Y así quedó Curemo desta sano.

Poldy recordaba también haber leído que, allá en América, cuando un cacique bisoño, que no había hecho aun cosa de provecho, se encontraba de manos a boca con otro cacique veterano, enemigo suyo, y célebre autor de doscientas mil ferocidades, y acertaba a darle tan terrible golpe con la macana que le derribaba y vencía, la fama toda del cacique veterano se trasladaba al cacique bisoño, y hasta era general creencia que en el bisoño se transfundían los bríos y la audacia del veterano, sobre todo si el bisoño le bebía la sangre o se le comía, crudo o guisado, después de haberle muerto.

Es la nación de los Payaguás, de vilísima condición, cobarde, pérfida y pronta á maquinar traiciones y en breve manifestaron estas malas cualidades; porque habiéndose acercado nuestro Aniceto el día 12 de Julio á ciertos Payaguás, con algunas bujerías que ellos estiman, para exhortarlos y reducirlos á recibir el santo bautismo, salió de una ensenada poco distante una manga de estos traidores, dividida en dos canoas y dando sobre él á traición le mataron á él y á otros compañeros con fieros golpes de macana; y ejecutadas estas bárbaras muertes, echaron á huir desesperadamente para librarse de nuestros cristianos, los cuales advirtieron bien tarde la fatalidad; é ídos al lugar del insulto, hallaron los cuerpos de los compañeros, sin poder dar con el de Aniceto; y al siguiente día celebramos las exequias por sus almas; con que se puede piadosamente creer habrá Dios usado misericordia con ellos por el celo con que se ofrecieron á tratar con estos pérfidos gentiles.

Vivia esta nacion, poco mas ó ménos como la de los Moxos, repartida en grandes tribus sobre las orillas de esos rios continuamente surcados por sus naturales, los que se ocupaban ya en la pesca ya en la caza ó la agricultura. Sus armas se componian del arco, de las flechas y de una macana de dos filos.