Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
En sus ojos límpidos, húmedos, brillaba siempre la sonrisa dulce y resignada de los seres que han nacido para víctimas. Había en tal adorable criatura algo de cordero y mucho también de paloma, como si estos dos animales hubiesen cedido de buen grado el uno su resignación, el otro su inocencia, para formarle. Godofredo Llot no era un muchacho de estos tiempos, como decía muy bien D.ª Rafaela.
Afirman los que han navegado mucho que nunca, en medio de las más espantosas tempestades, perdían la esperanza de salvación mientras oían á la gente de á bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que sólo empezaban á perder la esperanza cuando veían á la gente de á bordo, resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de improperios.
Era un chileno viejo llamado señor Juanito; pero las gentes del país, siempre predispuestas á cortar las palabras, sólo dejaban dos letras del tratamiento respetuoso á que su edad le daba derecho, llamándole ño Juanito. Siempre que abría su boca dejaba sumido á Ovejero en una resignada humildad.
Mientras estas nubes temerosas se amontonaban sobre su cabeza, el inocente excusador paseaba desde casa a la iglesia y desde la iglesia a casa, su frente pálida, su figura melancólica y resignada. Los ojos, ordinariamente fijos en el suelo, sólo dirigían de vez en cuando miradas tímidas a la gente, como si temiera que por ellos descubrieran el cáncer que roía su corazón.
Las curvas airosas de la boca eran más rasgueadas, y la decomisura de los labios, que parecía obra de un agudo punzón, dábale cierto aspecto de grandeza caída o de humillación sublimemente resignada.
Por consiguiente, ha podido vivir con ella en términos convenientes y tener también a su respecto cierta deferencia resignada y sumisa, muy sorprendente en un hombre muy imperioso y dominante. Es verdad que ha conseguido modificar por completo el temperamento de su mujer, y que debe estar muy orgulloso de su obra. Juana no es ya romancesca; ya no lee a Tennyson.
Estaba allá, en la carretera de Extremadura, con su nodriza, una gran mujer buscada por la abuela. Podía permanecer tranquila... ¡Y él aún no había ido al cerro de los Corvos, ni conocía a la nodriza! Después le preguntó por su enfermedad. Feli hablaba con voz triste; parecía resignada a permanecer siempre allí, sin esperanza de volver al mundo.
Y suspiraba Sebastián, y suspiraban los demás parientes, y suspiraba Emma también a veces, gozando melancólicamente con aquella afectación de víctima resignada que sufre por toda una vida las consecuencias desastrosas de una locura juvenil. El buen esposo durante mucho tiempo no paró mientes en tales injurias.
En resolución, y para terminar, en las poesías amorosas mezcle usted algo del cielo con la tierra, á fin de no hallar tétrica la vida cuando está en lo más florido de sus años, y en lo demás procure usted no caer en el pesimismo, y si cae en él, témplele y endúlcele con la risa resignada y con la burla sin acíbar de Cervantes y del antiguo amigo de Espronceda.
Buscó Robledo una mano de ella por debajo de la mesa, entregándole un rollo de pequeños papeles. No debía tomarlo dijo la mujer . Yo sólo puedo admitir dinero de los que no me conocen. Pero guardó en su pecho los billetes de Banco. Sus ojos, repentinamente alegres, parecieron desmentir el tono de resignada dignidad con que formulaba sus excusas por haber aceptado el donativo.
Palabra del Dia
Otros Mirando