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Actualizado: 4 de junio de 2025
Lubimoff no renunció á su rencor. Era Martínez y nadie más el que se colocaba entre ambos. Hasta entonces sólo había fijado su atención ligeramente en este muchacho, al que Toledo llamaba «el héroe». ¡Eran tantos los héroes en el momento presente! Su odio fué despojándolo del prestigio que le daban sus hazañas y su desgracia.
De alli á cuatro meses guiaba quince diferentes buques con 500 hombres, y habiendo puesto en fuga á los enemigos que defendian la costa, penetró vencedor en la Vela de Coro el segundo dia de Agosto; pero no encontrando alli la acogida y proteccion que esperaba, renunció á su expedicion y regresó á Trinidad, pasando luego á Europa desde esta isla.
Después de su vuelta á España Don Jaime, recuperadas algunas fuerzas de sus Reinos, renunció el de Sicilia á la Iglesia, temiendo que las armas Castellanas, Francesas y Eclesiásticas á un mismo tiempo no le acometiesen, y persuadido de su madre Gostanza, que como mujer de singular santidad, quiso más que su hijo perdiese el Reino, que alargar más tiempo el reconciliarse con la Iglesia.
Renuncio a seguir repreguntando dijo el abogado con una sonrisa maliciosa, que indicaba bien claramente que ya creía haber conseguido su objeto. Faltaba la gran emoción de aquel juicio, el acontecimiento que desde que se comenzara hacía unos días se esperaba por todos con verdadero anhelo; faltaba, en suma, la declaración de la querellante, que estaba la última en la lista.
Por ti y para ti viviré continuó el joven , y escucha: mi vida es tuya; ¿para qué quiero yo un nombre que me aparta de ti? Renuncio á ese nombre, me separo de la mujer que nos impide unirnos, saldré de Madrid, pero saldré contigo, todo por ti y para ti.
Por último, después de la muerte de su padre en el año de 1852, renunció al servicio del Estado, aprovechando la libertad conquistada en volver de nuevo á España, en donde vivió dos años enteros, en Madrid el invierno y en Granada el verano.
En el tono de estas palabras hubo tal acento de sarcasmo, que Cristián apretó los puños de rabia. Su interlocutor parecía decirle: "¡Busca, desgraciado, que no encontrarás nada! No me cogerás en ningún renuncio. Hace una hora que te traigo y te llevo contándote mentiras para hacerte descubrir á Juana Baud, que es un personaje real, en cuya autenticidad te vas á estrellar."
Renuncio modestamente á describir ese admirable monumento en que todo llama la atencion y asombra. Básteme decir que la fama universal de la catedral de Colonia, que predispone en su favor al viajero, no impide que este se sienta profundamente impresionado al contemplar esa obra sublime del arte religioso y popular por excelencia. Trayecto entre Colonia y Aquisgram.
Renunció a leer a los primeros renglones, y comenzó a pasar hojas, deleitándose con alegría infantil en la contemplación de las láminas: leones, elefantes, caballos de salvaje crin y ojos de fuego, asnos a fajas de colores, como si los hubiesen pintado con arreglo a falsilla... El torero avanzaba descuidado por el camino de la sabiduría, hasta que tropezó con los pintarrajeados anillos de una serpiente. ¡Huy! ¡La bicha, la fatídica bicha!
Señor D. Gil Sanchez Muñoz, racionero de la Iglesia de San Martín de esta ciudad, canónigo de Santa María de la misma, canónigo de la metropolitana de Barcelona, y electo Papa en el día 10 del mismo Junio del año 1423 por los cardenales de la obediencia del llamado Benedicto XIII. Renunció tan alta dignidad por la paz de la Iglesia, cuya determinación participó al Ayuntamiento y capitulares de Teruel en 26 de Julio de 1429.
Palabra del Dia
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