Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Yo aconsejaría á vuecencia que tomase un partido mucho más prudente, que el de lograr por medio de estas cartas que se corten las quejas que vienen de todas partes dijo Santos estirándose el brazo derecho y frotándoselo con la mano izquierda. ¿Y qué partido es ese, Pelegrín? ¡Hum! vuecencia está muy comprometido. Sí, es cierto; pero todo lo que puede suceder será perder la gracia del rey.
Sin hacer caso de las quejas de su madre sobre la inferioridad de la posición, la escasez del sueldo y la tristeza del país, «un agujero en el que se iban a morir de aburrimiento,» Julieta la calmó dulcemente como a un niño, más aún por sus caricias que por sus palabras, y la buena señora acabó por declarar que estaba pronta, por su hija, a todos los sacrificios.
La sala tenía en medio un altar, iluminado con unas lámparas tristes de aceite. Martín se acostó; desde su cama veía las luces oscilantes, pero estas cosas no influían en su imaginación, y quedó dormido. Era más de media noche, cuando se despertó algo sobresaltado. En la alcoba próxima se oían quejas, alternando con voces de ¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Jesús mío! ¡Qué demonio será esto! pensó Martín.
Y con palabra rápida, vibrante, tropezando muchas veces por la irritación de que estaba poseído, expuso prolijamente sus quejas, complaciéndose en hacer sangrar de nuevo los pinchazos que había recibido en su vida matrimonial. Ventura tenía un carácter diametralmente opuesto al suyo. No era posible estar bien con ella más de una hora.
Tales y tan tristes eran las quejas de Claudia, que sacaron las lágrimas de los ojos de Roque, no acostumbrados a verterlas en ninguna ocasión. Lloraban los criados, desmayábase a cada paso Claudia, y todo aquel circuito parecía campo de tristeza y lugar de desgracia.
Sólo por él se había detenido en la cabeza del distrito el majestuoso don José, de paso para Valencia. Quería tranquilizarle y que cesase en sus quejas, cada vez más alarmantes.
Sube al coche, déjate conducir sin quejas ni resistencias; aunque tengas que pasar algunos días sin mí en el convento, soporta con paciencia esta corta ausencia, segura de que me tendrás pronta a tu lado, más abnegada y poderosa que antes.
La prensa libre en Filipinas, porque las quejas de allá raras veces llegan á la Península, rarísimas veces, y si llegan, tan encubiertas, tan misteriosas, que no hay periódico que se atreva á reproducirlas; y si se reproducen, se reproducen tarde y mal.
Don Pedro oye de nuevo sus quejas, le promete satisfacerlas, y expresa al mismo tiempo su admiración de que Don Rodrigo no se haya vengado personalmente del raptor de su novia. Doña Leonor acude también al Rey, que le promete asimismo pronta justicia. Don Tello ha venido, mientras tanto, con numeroso séquito.
REY. Pésame de llegar tarde: Llegar a tiempo quisiera, Que pudiera remediar De Sancho y Nuño las quejas; Pero puedo hacer justicia Cortándole la cabeza A Tello: venga el verdugo. FELIC. Señor, tu Real clemencia Tenga piedad de mi hermano. REY. Cuando esta causa no hubiera, El desprecio de mi carta, Mi firma, mi propia letra, ¿No era bastante delito?
Palabra del Dia
Otros Mirando