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Actualizado: 29 de junio de 2025
Fué tal su impresión, que olvidó por algún tiempo el motivo que le había arrastrado hasta allí... ¡Si los que provocan la guerra desde los gabinetes diplomáticos ó las mesas de un Estado Mayor pudiesen contemplarla, no en los campos de batalla, con el entusiasmo que perturba los sentidos, sino en frío, tal como se aprecia en hospitales y cementerios por los restos que deja tras de su paso!... El joven vió en su imaginación el globo terráqueo como un buque enorme que navegaba por la inmensidad.
16 y olvidarás tu trabajo, y te acordarás de él como de aguas que pasaron; 18 y confiarás, que habrá esperanza; y cavarás, y dormirás seguro; 1 Y respondió Job, y dijo: 6 Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.
El Magistral pensó por su parte al ver a don Álvaro: «¡Si yo me arrojara sobre este hombre y como puedo, como estoy seguro de poder, le arrastrara por el suelo, y le pisara la cabeza y las entrañas!...». Y tuvo miedo de sí mismo. Había leído que en las personas nerviosas, imágenes y aprensiones de este género provocan los actos correspondientes.
La coloquíntida ha sido conocida en medicina en todos tiempos. El abuso que de la misma se hizo, condujo á algunos médicos á proscribirla; las enormes dósis á que se la administra provocan efectos que la han hecho entrar en el número de los purgantes drásticos, sin permitirla desenvolver los síntomas especiales que la hacen recomendable en varias afecciones nerviosas y de otra índole.
Los granos, las vesículas escocientes sobre los labios y sus comisuras, las grietas y costras en los mismos puntos, reunidas á los síntomas análogos ya indicados en las mucosas y la piel, son de gran valor en las fiebres y en los estados mucosos febriles, subagudos, diferenciando á este medicamento de otros que no provocan esos fenómenos sino despues de la fiebre, en la convalecencia, como una crísis.
Sin duda, la falta de fe y la corrupción del siglo presente provocan el desdén hacia nosotros de todos los espíritus puros de más limpia y noble naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo decía el poeta gentil, puede decir también el poeta cristiano: Quare nec tales dignantur visere cœtûs. Nec se contingi patiuntur lumine claro.
«...Si viene por Canzana díganle que no lo olvido ni lo olvidaré mientras viva... Pues, madre, sabrá cómo estas maestras son buenas para mí y la directora también, pero las niñas me provocan mucho. Todas son más pequeñas que yo y á pesar de eso todas se burlan de mí. Me llaman aldeana, me pintan en los cuadernos de escritura con saya corta y con dengue y me ponen una azada en la mano.
Y los vicios, pasiones y ridiculeces de los personajes cómicos no traspasan jamás el límite más allá del cual se harían odiosos dichos personajes. La burla o la risa benigna que provocan, no les quita la estimación que les concedemos. Hasta el nuevo médico, que es el personaje menos estimable de toda la fábula, no llega a merecer nuestro desprecio.
Los mismos estragos manchan con sangre y calcinados escombros la corriente del Rhin: los soberbios claustros erigidos por el emperador Lotario quedan en el espacio de tres dias convertidos en inútiles ruinas. La Francia ve aterrada cundir la devastacion por toda la Neustria: Suesion, Noviomago, Lauduno, Reims, son envueltas en la sentencia de esterminio que provocan los templos y monasterios.
La estructura material del Banco de Londres, su administracion, su riqueza prodigiosa y su manera de funcionar, son objetos que por sí solos provocan la atencion y la curiosidad del viajero deseoso de comprender y apreciar las condiciones económicas de la Gran Bretaña.
Palabra del Dia
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